Ricardo Quintela será el primer gobernador del Frente de Todos (FdT) electo en 2019 que se medirá en las urnas, cuando este domingo 7 de mayo busque su reelección. Sus principales contrincantes serán el diputado nacional Felipe Álvarez, en la fórmula junto al radical Guillermo Galván, actual viceintendente capitalino, por la lista de Juntos por el cambio, y Martín Menem –hijo de Eduardo y sobrino del expresidente– por La Libertad Avanza. Además, el peronismo busca la recuperación de la capital, perdida en 2019 a manos de la candidata de la UCR-Juntos por el Cambio, Inés Brizuela y Doria. Si logra esta victoria, se quedará con las dos ciudades más importantes, ya que los tres candidatos con mayor intención de votos en Chilecito juegan en la interna peronista, cuyas listas llevan todas a Quintela como candidato a gobernador. También se votarán diputados provinciales en once departamentos e intendentes y concejales en los dieciocho departamentos de la provincia.

En una campaña atípica, donde los candidatos no realizaron acciones tradicionales como actos masivos o grandes inversiones en propaganda electoral y apelaron a los encuentros cara a cara con los vecinos con caminatas o reuniones barriales en distintas ciudades, la nota distintiva fue la movilización en la Plaza de la Capital de los seguidores de Javier Milei en su visita a la provincia para apoyar a su candidato local, Martín Menem.

Los riojanos y las riojanas, además, elegirán 36 convencionales constituyentes para reformar la constitución provincial. El proyecto de reforma que propone el gobernador y fue votado por la Legislatura en diciembre del 2022 incluye la periodicidad de las tres funciones del Estado (solo dos períodos para todos los cargos electivos, incluidos los concejales y diputados, pero también para el poder judicial); la paridad de género en cargos electivos; la consagración constitucional de los derechos al agua, a la energía y a la conectividad y la discusión sobre la renta básica universal.

Conversamos con Hugo De Torres, periodista y analista político, acerca de las perspectivas, posibilidades y armados de las distintas fuerzas provinciales para la elección de este domingo en la provincia.

El gobernador Ricardo Quintela va por la reelección y, al menos desde Buenos Aires, se entiende que tiene grandes chances de reelegir. ¿En qué políticas desarrolladas desde la gobernación se apoya esta posibilidad?

Las posibilidades de reelección del gobernador básicamente están fundadas en un proceso de transformación que incluye la obra pública, las políticas de género, y, mediante una reforma constitucional, la limitación en la relección de cargos electivos y también la periodicidad en el nombramiento de jueces. En cuanto a las políticas de género, se les ha dado un lugar muy importante a cargos ejecutivos a muchas mujeres y el cumplimiento efectivo de la paridad de género también va a tener rango constitucional.

Una de las características de esta campaña, bastante sui generis, es que el gobernador pidió  –y todo el mundo ha obedecido– que no hubiera debate. Y tampoco hubo grandes marchas o movilizaciones, sino que se basó en mostrar la obra pública que se hizo, entendiendo que fue contundente la gestión de Quintela en este aspecto. Por ejemplo, en viviendas, siempre se comparó durante la campaña que durante los últimos cuatro años en el gobierno de Macri se construyeron 400 viviendas en todas las provincias, y ahora están en el orden de las 5 mil solo en la provincia con la gestión de Quintela, y por supuesto, del gobierno del FdT a nivel nacional, que no se deja de valorar.

En 2019, las dos principales ciudades riojanas –la capital y Chilecito– fueron ganadas por candidatos que no pertenecían al FdT. Sin embargo, entiendo que se trata de dos situaciones distintas: en el primer caso, la intendenta Inés Brizuela y Doria es de la UCR-Juntos por el Cambio; en el caso de Chilecito, el intendente Rodrigo Brizuela y Doria contenía una facción del peronismo. Para esta elección 2023, ¿cuál es la vinculación entre los candidatos en cada ciudad y la gobernación? Es decir, ¿pueden impulsarse, desde los votos a la conducción provincial, un apoyo a algún o algunos candidatos propios en estas dos ciudades? En el caso de la capital riojana entiendo que hay una sola lista, acompañada por el gobernador y el PJ-FdT, que impulsa a Armando Molina. En el caso de Chilecito, en cambio, el peronismo va dividido. ¿Cuáles son las posibilidades de ganar en cada caso?

No se puede decir que haya perdido el peronismo la ciudad de Chilecito; sí la capital. Porque Rodrigo Brizuela y Doria, a pesar de ser pariente de la intendenta de la capital, pertenece al peronismo. Es más, en esta elección recibe un apoyo muy importante del gobierno provincial para que continúe en el cargo y gane las elecciones.

Diferente es el caso de la ciudad de La Rioja, donde se perdió en la última elección, y es un reto muy importante para el gobierno provincial recuperar la capital con Armando Molina. Bajo el concepto de unidad, la línea del partido, del PJ, es que no tenía que haber divisiones en candidatos para la capital, con el objetivo de recuperarla. La expectativa consiste no solo en contar con un gobierno de igual signo político; esto está reforzado por el hecho de que Molina –hoy secretario general de la gobernación– es prácticamente un alter ego del gobernador. Toda su carrera política la ha hecho junto al gobernador. Y hoy tiene un gran desafío, porque es su primer cargo electivo, es decir, con votos propios.

Hasta allí, entonces, no hay divisiones; sí se admitieron colectoras para concejales y para elecciones dentro de la provincia, como es el caso de Chilecito. Pero, de los tres candidatos peronistas que hay, alguno va a ganar. Es decir, Chilecito no está en riesgo. Y hay una enorme expectativa por la capital, en donde se cree que, por la pésima gestión desarrollada por Inés Brizuela y Doria, hay posibilidades de ganar.

¿Hay otros distritos, entonces, en la provincia donde –como en el caso de Chilecito– hay internas en las listas a intendente y concejales del FdT? ¿Cómo impacta esto en la fórmula a nivel provincial?

Sí, hay departamentos en donde esto sucede. Por ejemplo, pongo el caso de Facundo Quiroga, donde hay cuatro listas, tres son justicialistas y reúnen (al menos en las encuestas) el 90 por ciento del electorado. En general, hay que decir que el liderazgo que ejerció Quintela hace que ningún sector del peronismo o del FdT lo desafíe. Casi todas las listas del peronismo tienen en su cabeza como candidato a gobernador a la Fórmula Ricardo Quintela-Teresita Madera. En los departamentos del interior es frecuente que se alternen: quien es intendente, pugna por ser diputado, y al revés. Entonces, hay muchas listas colectoras, pero esto no solo no pone en conflicto la fórmula a la gobernación, sino que la refuerza.

En general, a Javier Milei no le está yendo bien en las elecciones provinciales porque sus candidatos locales no son tan conocidos o no tienen la misma “valoración” que él. En el caso de La Rioja lleva a un candidato más reconocido, ya diputado y sobrino del expresidente Menem. ¿Cómo impacta estos dos factores juntos? ¿Crecen las posibilidades de articular un foco de oposición diferente al que nuclea Juntos por el Cambio en la provincia?

Martín Menem cuenta, en efecto, con un conocimiento de la población, porque es hijo de Eduardo Menem y hermano de Adrián. Pero no tiene una trayectoria política. Es un empresario devenido en político. Es muy bien tratado por algunos sectores de la capital, podría ser una caja de pandora para esta elección, porque no se sabe con exactitud cuánta adhesión va a tener; sobre todo, en sectores jóvenes. En la última visita que hizo Javier Milei a la provincia hizo un acto bastante importante en la plaza de la capital, al que asistieron sobre todo jóvenes desencantados por la política. La novedad es que Milei ha emitido un comunicado diciendo que no se use su figura para la elección; de todas maneras, llegó muy sobre la hora, y la identificación ya de Martín Menem con Milei es absoluta, así que es probable que obtenga un buen número de votos, quizá más que en otras provincias.

Es un fenómeno que preocupa. Y que motivó la necesidad de adelantar las elecciones. A medida que el gobierno nacional se desgasta por inflación y otros factores ya conocidos, se temía que tributara adhesiones hacia Javier Milei y a su representante. No creemos que haya algún cambio sustancial, pero sí va a obtener buena parte de los votos y que no son solo “robados” a la derecha, sino de todos los sectores políticos, por eso también le preocupa al peronismo. De cualquier manera, y esto es una opinión personal, yo creo que es un fenómeno que va a ir decantando, se va a reconocer que Martín Menem está fuera de la militancia política y, seguramente, va a bajar en su caudal de votos.

Además de las elecciones, los riojanos elegirán también convencionales para cambiar la Constitución provincial. ¿Cuáles son los principales planteos de cambio? El hecho de votar conjuntamente con las elecciones de autoridades locales y provinciales, ¿cómo impacta en la formación de la convención y, por lo tanto, en el proyecto de reforma que quiere impulsar el gobierno provincial?

Efectivamente, se van a votar convencionales constituyentes, en igual número que a diputados, como reza la Constitución provincial, para una modificación en la que, en ningún caso, a pesar de lo que pregona la oposición, es para prolongar cargos, sino por el contrario. En el caso del gobernador y vicegobernador, no pueden ser reelectos más de una vez, es decir, dos períodos. Lo mismo va a suceder, y esto no ocurría, con todos los cargos electivos; es decir, diputados y concejales, fundamentalmente.

La otra cuestión que también va a estar en el proyecto de reforma es la limitación de los cargos de los jueces. Es decir, los integrantes del Poder Judicial van a ser elegidos por un período. Se va a avanzar con una reforma judicial bastante novedosa –creo que solo Salta tiene un sistema parecido–, que es la limitación en el tiempo de los jueces, que no sean vitalicios.

Otro de los aspectos es llevar a la Constitución cuestiones de género. Aquí ya existe –y es por un impulso del propio Quintela– lo que se llama la ley de paridad de género, que establece que para todos los cargos electivos tienen que existir un cupo del cincuenta por ciento. Pero, como en las sucesivas renovaciones, en muchos departamentos se vota solo un diputado, normalmente el cabeza de lista es un varón. Por lo tanto, el número dentro de la cámara sigue siendo mayoritariamente de varones. La idea es que la paridad de género se manifieste en la cantidad de escaños que va a tener la Legislatura; una de las posibles modificaciones es que no se elijan menos de dos diputados en todos los departamentos. Por supuesto que hay muchos más puntos en el proyecto de reforma, pero yo diría que estos son, desde el punto de vista político, los aspectos más relevantes.

En cuanto al acompañamiento de la gente, yo no estoy tan seguro que la gente tenga tanto conocimiento sobre la elección de constituyentes. Está puesto de tal manera en la boleta que, muy probablemente, sea un reflejo en espejo la cantidad de constituyentes y el partido político que lo propone. No creo que haya cortes, en este sentido. Por lo tanto, si el peronismo se lleva la victoria, como todo el mundo prevé, lo más probable es que la convención constituyente esté integrada por convencionales justicialistas.