SANGRRE apunta a una constelación de años icónicos para la militancia popular como conjura ante este 2023 de aire bucólico y desilusionado. 1973-2003-2023: hoja de ruta. “El pasado necesita hablar, testimoniar, dar fe de que el presente no es solo bruma, llovizna cultural, festejo o nostalgia, sino algo poblado de un sentido abarcador, comunitario. Reanudar el pasado de la historia es a veces preguntarse por la historia que viene”, nos enseña Nicolás Casullo. Esta es la cita elegida porque la sangre –y la historia– siempre nos pide más. Y porque 2023 parece tan alejado de los sueños de resurrección que proponemos ser como el salmón.

Para el plano internacional, 2023 también marca un corolario icónico, un aniversario: se cumplen 200 años de la declaración del quinto presidente de los Estados Unidos, James Monroe. Se trata de la famosa Doctrina Monroe, que marcaría el rumbo imperial de la política exterior norteamericana. Su principio general es que “los continentes americanos, por la condición libre e independiente que han asumido y mantienen, no deben ser considerados en adelante como sujetos a la futura colonización por potencia europea alguna”; lo contrario sería tomado “como la manifestación de una disposición inamistosa con respecto a Estados Unidos”.

El texto permitía así justificar una política de expansión permanente, aunque oculta en un fin altruista: defender las revoluciones que al sur del Río Bravo se emanciparon de España. Pero, tras la liberación de las 13 colonias del yugo colonial del Reino Unido en 1776, la Unión norteamericana explicita un objetivo imperial: extender su territorio del Atlántico hacia el Pacífico. Primero lo hizo con la compra de Luisiana en 1803, duplicando así su extensión territorial y llegando, a la vez, al Golfo de México. Luego siguió con la apropiación de la Florida (1810), la anexión de Texas (1845) y la invasión de México (1846), país al que le extirpó la mitad de su territorio.

La justificación de estos actos bárbaros provino de John Quincy Adams, secretario de Estado de Monroe y autor de la Doctrina Monroe, quien en 1822 elabora la tesis de la “gravitación política” o del “fruto maduro” en una carta dirigida a Hugh Nelson, embajador de los Estados Unidos en España: “Los intereses de la América y de Cuba son de tal modo semejantes, sus relaciones geográficas, comerciales, morales, políticas son a tal punto conexas que no podemos dejar de ver la anexión de Cuba a los Estados Unidos se impone como una medida indispensable a la seguridad de nuestro país. Hay leyes de gravitación política como las hay de gravitación física. Y así como una manzana separada de su árbol por la fuerza del viento no puede, aunque quiera, dejar de caer al suelo, así Cuba, una vez separada de España y rota la conexión artificial que la liga con ella, e incapaz de sostenerse por sí sola, tiene que gravitar hacia la Unión norteamericana, y hacia ella exclusivamente”.

En 1845, esta justificación adquirió un grado místico con la teoría del “destino manifiesto”, que publicó el periodista John O’Sullivan: “El cumplimiento de nuestro destino manifiesto es extendernos por todo el continente que nos ha sido asignado por la Providencia, para el desarrollo del gran experimento de libertad y autogobierno. Es un derecho como el que tiene un árbol de obtener el aire y la tierra necesarios para el desarrollo pleno de sus capacidades y el crecimiento que tiene como destino”.

Con el correr del tiempo, Estados Unidos fue perfeccionando sus mecanismos de anexión, cooptación y dominación. Política del garrote, diplomacia del dólar, gobiernos títeres, intervenciones militares, golpes de Estado, golpes blandos, guerra híbrida. “La penetración imperialista de los Estados Unidos se realiza lenta, imperceptible, constante y firmemente (…) Era previsible que la hegemonía norteamericana sólo sería posible allanando todo amago de resistencia y oposición”, escribió en 1962 el historiador Gregorio Selser. Y añadió que la Doctrina Monroe se convirtió en “la Celestina de todos los negociados imperialistas”.

Me dirán que estas son palabras anacrónicas, que el mundo cambió. Pero ¿qué opinan de este “homenaje” de la generala Laura Richardson, jefa del Comando Sur, a la Doctrina Monroe en una entrevista con el think tank Atlantic Council del 19 de enero de 2023?: “¿Por qué es importante esta región (en referencia a América Latina)? Con todos sus ricos recursos y elementos de tierras raras, está el triángulo de litio, que hoy en día es necesario para la tecnología. El 60% del litio del mundo se encuentra en el triángulo de litio: Argentina, Bolivia, Chile (…) Las reservas de petróleo más grandes, incluidas las de crudo ligero y dulce, descubiertas frente a Guyana hace más de un año. Tienen los recursos de Venezuela también, con petróleo, cobre, oro (…) Amazonía que son los pulmones del mundo (…) Tenemos el 31% del agua dulce del mundo en esta región”.

Dicho esto, Richardson añadió que Rusia y China representan un peligro porque tienen apetencias en América Latina y el Caribe, por lo que Estados Unidos tiene “mucho por hacer”, ya que todo lo que pase en este continente “tiene mucho que ver con la seguridad nacional y tenemos que empezar nuestro juego”.

En “El tiempo no para”, Cazuza cantaba: “Yo veo al futuro repetir el pasado”. Como el salmón, SANGRRE marca sus mojones, sus estandartes, sus banderas: 1973-2003-2023 // 1823-2023.