El gobernador de Catamarca, Raúl Jalil, fue el único en todo el Norte Grande que decidió que las elecciones provinciales fueran en simultáneo con las PASO y las generales nacionales, el 13 agosto y el 22 de octubre respectivamente. Más allá de algunas primeras resistencias internas por esta definición, el peronismo logró la unidad de todos los sectores y repite las fórmulas –tanto a nivel provincial como nacional– que le dieron el triunfo en las urnas, con Raúl Jalil como candidato a gobernador y Gustavo Saadi como candidato a intendente. En Juntos por el Cambio se replica a nivel local la interna nacional, con el diputado de la Coalición Cívica ARI Rubén Manzi patrocinado por Horacio Rodríguez Larreta y el senador Flavio Fama apoyado por Patricia Bullrich.

Diego Varela, director del diario El Ancasti, nos ayuda a comprender este panorama provincial, los armados y las posibilidades de las fuerzas de cara a las PASO del domingo, junto con los desafíos de los próximos años en Catamarca.

Catamarca es una de las pocas provincias que hizo coincidir tanto las PASO como las generales con las elecciones nacionales. ¿Por qué se decidió políticamente que era conveniente esa simultaneidad? ¿Tiene que ver con acompañar el proceso nacional o también es un ordenamiento hacia el interior de la provincia?

Esa fue una decisión del gobernador Jalil, aún en contra de la opinión de algunos dirigentes importantes de su espacio, como el intendente de la capital, Gustavo Saadi, quien marcaba la conveniencia de que se desacoplara la elección provincial de la nacional. En tal caso, las elecciones deberían haberse realizado en marzo, ya que la Constitución de la provincia establece que o se hacen en conjunto o se hacen en marzo. Jalil decidió, entonces, asociar su suerte a la de la Nación, a la fuerza nacional, ahora Unión por la Patria, en un acuerdo cerrado con Alberto Fernández, con la propia Cristina y con Massa. El gobernador tiene una muy estrecha relación con la Casa Rosada, a tal punto que fue quien le trasmitió al presidente el mensaje de los gobernadores peronistas que termina con la candidatura detrás de la figura de Massa. Jalil cumplió un rol fundamental como emisario de los gobernadores por su relación con Alberto.

Honestamente, en ese momento nadie se explicaba desde el punto de vista político provincial cuál era la conveniencia de hacer la elección junto con las nacionales. Pero el tiempo le dio la razón y ahora el escenario está bastante más equilibrado de lo que se suponía iba a estar. Por supuesto, hay que esperar a ver qué ocurre en las PASO, pero, de todas maneras, el gobierno acá en la provincia está bastante holgado. No hay internas, logró cerrar el peronismo una lista de unidad con Jalil candidato a gobernador, Rubén Dusso como vice (la misma fórmula que ganó en 2019) y Gustavo Saadi como intendente de la capital. Eso se logró luego de un cierre bastante tenso.

En ese esquema, la oposición va a las PASO con dos fórmulas. Como planteabas, una bajo la candidatura de Rodríguez Larreta, lleva a Rubén Manzi (actual diputado nacional de la coalición cívica); la otra, encabezada por el senador nacional Flavio Fama, es acompañada por Patricia Bullrich.

En relación con lo que planteabas del rol del gobernador como vocero para la búsqueda de un candidato de unidad que terminó siendo Sergio Massa, justamente el candidato empezó su gira por el NOA en Catamarca, en la Fiesta del Poncho primero y luego en reuniones con productores agropecuarios y empresarios locales. En ese sentido, ¿es importante para la provincia la continuidad de esta política nacional, en articulación para los sectores productivos locales?

Justamente en la fiesta del Poncho se ve la señal de ese cierre. Es una foto muy ilustrativa, porque estaban Jalil, Massa y De Pedro. En relación con la continuidad de las políticas, Catamarca ha sido muy beneficiada por las políticas nacionales. Las provincias del norte en general, pero Catamarca en particular, han sido beneficiadas con obra pública y con políticas en general. Hay un fuerte impulso a la industria –Catamarca lidera los indicadores de creación de empleo privado en la industria y en el comercio–, hay un boom turístico muy importante. En todo ello, la gestión nacional ha sido muy importante para la provincia. Y Jalil ha sabido utilizar estos recursos para Catamarca y para posicionarse a él y a la provincia a nivel nacional. Para darte un ejemplo: apenas asume Jalil, la presidencia designa como presidente del directorio de YMAD a Fernando Jalil, el hermano de Raúl, que era un cargo que Catamarca no tenía hace veinticinco años. Luego, consigue que designen a Fernanda Ávila como secretaria de Minería de la Nación, durante la gestión de Matías Kulfas. Cuando llegó Batakis y luego Massa, se especulaba que ella iba a salir para poner a alguien de Salta, donde esta Gustavo Sáenz, que es massista, pero ahí sigue Fernanda Ávila. La provincia tiene además a la secretaria de Turismo, Yanina Martínez.

Obviamente, a Catamarca le conviene tener a la secretaria de Minería, la cabeza de las políticas de ese sector. Un cargo que siempre se asignó a San Juan. Hay un quiebre importante que logró Jalil. Y eso te beneficia, te potencia y te da más oportunidades de llevar adelante una gestión con más eficacia. Jalil, en ese sentido, cultiva obsesivamente las relaciones políticas. Está siempre yendo a Buenos Aires, gestionando, presionando, capturando cada recurso que puede para la provincia e invirtiéndolo. Por supuesto, su gestión tiene sus claroscuros, pero ha sido importante para la provincia. Se nota el salto que ha dado.

¿Cómo quedó el peronismo luego de ese cierre que vos describís como “tenso”, sobre todo en relación al intendente de la capital, Gustavo Saadi?

En realidad, hubo un cortocircuito que se profundiza por hacer la elección en simultáneo con las nacionales. En Catamarca hay un trípode: Jalil el gobernador, Lucía Corpachi la senadora nacional y Gustavo Saadi el intendente de la capital son los tres dirigentes más importantes. Saadi decía que había que desdoblar la elección porque el impacto de las políticas nacionales es mayor en la capital de la provincia. Entonces, se sentía el principal perjudicado de esa decisión, porque era a él a quien le ingresaba la ola de Juntos por el Cambio. Y eso produjo la fricción. Saadi llegó en un momento a decir, incluso, que no se iba a presentar como intendente de la capital. Hubo, incluso, un incentivo para que Saadi saliera a competir por la gobernación. Pero todo esto se conjuró y ahora están los dos juntos en la pelea, con las mismas fórmulas del 2019.

Del otro lado, en la interna que marcabas recién, el candidato del larretismo pareciera que tuviera más fuerza en la capital provincial. ¿Creés que sea una ventaja para ganarle al candidato de Bullrich?

No sé si tiene más ventajas, en cuanto a votos, en la capital. Sí tiene más presencia mediática. Y esta es una elección donde se va a jugar mucho con la estructura. Los intendentes opositores –que son poquitos, de todas maneras– están mayoritariamente del otro lado. Es una elección reñida en la oposición. Es cierto que el candidato de Larreta es más intenso, tiene mayor presencia, pero los otros se están moviendo, aunque con mayor discreción. Fama tiene lo suyo: fue el rector de la Universidad, su candidato a intendente Francisco Monti es diputado nacional. Por el lado de Manzi, el candidato a intendente es el diputado provincial Alfredo Marquioli, que pertenece al sector de Lousteau.

Y el hecho de que esta interna vaya pegada a la interna nacional de Juntos por el Cambio ¿tendrá impacto en la interna provincial? ¿Le suma votos a alguno de los dos candidatos?

La oposición apuesta fuertemente a beneficiarse con una ola nacional que entre en Catamarca. Pero creo que eso, al menos hoy, está muy relativo. Habrá que ver qué pasa en las PASO, quién gana la interna y qué efecto tenga eso en el tablero político de la Nación y en particular, luego, en Catamarca. Pero lo que veo desde acá es que está bastante parejo. Aunque también hay retracción del electorado, no se están contestando encuestas.

En la provincia, en ese sentido, ¿cómo está el candidato de la fuerza de Milei de cara a las PASO?

El candidato de Milei es José Jalil Colomé. No sé cómo le irá. A los Milei en las provincias no les viene yendo bien, pero en este caso él va a estar en la boleta, entonces quizás le traccione votos. Aunque también parece desinflado MIlei a nivel nacional. Y tiene un problema de estructura: tenés que tener quién te controle los votos, fiscales, gente jugando localmente el día de la elección.

De cara a la próxima gestión de Catamarca, ¿cuáles son los desafíos, los principales problemas a atender en la provincia?

Lo que me parece primero –y es algo que señala la oposición también– es la mejora del servicio de salud pública. Después, Catamarca tiene un severo problema judicial, que excede la “manipulación” del poder judicial: no es ese el problema, sino la falta de recursos y un sistema que no funciona. Acá nos han matado un ministro y a ocho meses del crimen todavía no sabemos quién y por qué.

Y otra cuestión para señalar son los indicadores de pobreza, aunque también es relativo, porque se mide con indicadores nacionales. Y no es lo mismo ganar cien mil pesos en Buenos Aires que en Catamarca. Y, por otro lado, como a nivel nacional, hay mucha economía en negro. Entonces, vos salís acá y la gente viaja, sale a comer, va a los boliches, consume. Hay una disonancia entre la imagen y los indicadores. Pero, más allá de eso, creo que esos tres son los aspectos medulares a atender.