El domingo 13 de agosto, en simultaneidad con las elecciones nacionales, cuatro provincias realizarán sus primarias provinciales, mientras que Santa Cruz celebrará las generales en las que elegirá a su futuro gobernador. En Entre Ríos, la mirada estará centrada en la distancia que separe al candidato de continuidad del peronismo, el intendente de Paraná, Adán Bahl, y el –casi seguro– ganador de la interna de Juntos por el Cambio, Rogelio Frigerio, de cara a las posibilidades de cada fuerza en las generales de octubre. La fórmula de Más para Entre Ríos (Unión por la Patria a nivel nacional) que Bahl conforma con la intendenta de Villaguay, Claudia Monjo, logró reunir tras de sí a más de diez partidos y consagrarse como fórmula de unidad, luego de que desistieran de sus precandidaturas los intendentes de Concordia y Gualeguaychú, Enrique Cresto y Martín Piaggio, la vicegobernadora Laura Stratta y el diputado nacional Marcelo Casaretto. Bahl cuenta con la fuerza del apoyo de los intendentes –su boleta colgará a todas las opciones del peronismo para las intendencias–, la capacidad de gestión que demostró en Paraná y el arraigo entrerriano, como contracara de Rogelio Frigerio, a quien apuntan por su porteñismo. Por su parte, Juntos por el Cambio se ilusiona con repetir el triunfo de las elecciones de 2021 con Frigerio a la cabeza, desde el lema reiterado en otras contiendas provinciales de “acabar con veinte años de peronismo”.

Conversamos con el periodista paranaense José Luis Ferrando acerca de los desafíos de las fuerzas políticas provinciales, no solo para la elección del domingo y las generales de octubre, sino de cara a la próxima gestión de Entre Ríos.

Entre Ríos es una de las pocas provincias que hizo concurrir sus elecciones provinciales son las nacionales. Como en la última elección nacional, en 2021, Juntos por el Cambio ganó a nivel provincial, resulta difícil de entender –al menos desde Buenos Aires– cómo esto le sumaría a la fuerza peronista provincial. ¿Por qué se eligió hacer coincidir las fechas de las elecciones y por qué esto le daría más ventaja al peronismo provincial?

No se puede dar una respuesta segura sobre esa decisión política del gobernador Bordet. Se han dado varias razones, todas con cierto grado de incertidumbre. De todas ellas, una que me parece que puede ser tomada más en serio es que, por la proyección nacional que tiene Rogelio Frigerio, en caso de una elección separada con un triunfo de él, muy probablemente implicaría una gran presencia nacional (de dirigentes y de medios) en toda la provincia, y una capitalización mucho mayor de ese triunfo por parte de Frigerio. Quizá, hasta podría quedar como un presidenciable para el próximo turno. Ahora, en caso de que Frigerio ganara, lo haría también con triunfos quizá de su fuerza en otras provincias y bajo la mirada de lo que ocurra a nivel nacional, y eso diluiría la centralidad de los medios en lo que pase en Entre Ríos.

Otra de las razones que no soslayaría, es que, en el momento en que se tomó la decisión, el factor Milei pesaba muy fuerte. Se hablaba de los tres tercios, cosa que luego se diluyó un poco. De manera que, en una elección tan reñida como la que se espera en Entre Ríos, que Milei le sacara algunos votos a Frigerio no era una cuestión menor.

Bordet eligió para componer la fórmula de Más para Entre Ríos, que busca la continuidad del oficialismo, a un intendente y una intendenta. Si bien es cierto que Bahl tiene una trayectoria que incluye haber sido ministro de Gobierno y vicegobernador, ¿la decisión tuvo que ver con la gestión de cada uno de ellos en sus ciudades? ¿Cuáles son, si es así, los principales aciertos de sus gestiones?

La razón por la que Adán Bahl encabeza la fórmula como candidato a gobernador es la excelente gestión que está haciendo en la ciudad de Paraná. Como paranaense de 53 años que ha vivido acá toda su vida, puedo dar fe de que el atrasado a nivel de obras que la ciudad tenía –y sigue teniendo aún– es fenomenal. Y en tres años de gestión Bahl hizo muchísimas obras: algunas que se necesitaban, otras que ni siquiera se pensaban que se podían necesitar y ahora se ven como una necesidad, porque la ciudad ha crecido. Quizá la gente del centro no lo ve y la de los barrios tampoco, pero muchos de lo que son los accesos han cambiado notablemente la fisonomía, la movilidad, las posibilidades respecto de lo que la ciudad tenía hace nada más que tres años.

Eso, sumado a un ordenamiento de la municipalidad, de los números, de la administración, y un buen manejo con los trabajadores –por ejemplo, se terminaron las huelgas de recolectores de basura, que eran muy frecuentes en Paraná–, le ha dado a Adrián Bahl una proyección que no pueden discutir ni propios ni extraños. En la campaña electoral sus contendientes locales –no compiten con él sino con su candidata a intendenta, Rosario Romero– no pueden negar la gestión de Bahl. Todos hablan de “continuidad”, los propios y los de la oposición. Todos tienen que partir de que van a continuar con lo que está bien, lo que habla de lo exitosa que fue su gestión. Su lugar en la fórmula se lo ha ganado en base a esto, sin ninguna duda. Aunque tiene menos conocimiento su figura en las otras regiones de la provincia, sobre todo en la costa del Uruguay.

Claudia Monjo es una necesidad de compatibilizar, quizá no con la costa del Uruguay, pero sí con el centro de la provincia, como es la ciudad de Villaguay. Es un municipio muy bien administrado y ella además es la esposa de Fuertes, que casi es una dinastía en Villaguay y viene sosteniendo un buen caudal de votos y manteniendo el poder hace un par de décadas.  Hay que tener en cuenta, además, que en Entre Ríos rige la ley de Paridad integral de género, de avanzada para el resto del país, porque aquí sí o sí una de las personas integrantes de las fórmulas tiene que ser una mujer.

La elección de Monjo como candidata a vicegobernadora vuelca la mirada sobre el centro de Entre Ríos. ¿Esto ayuda a sumar en el territorio provincial? ¿Cómo se construye la elección para cada una de estas fuerzas, en la margen del Uruguay, en el del Paraná y en el centro de la provincia? ¿Hay matices, particularidades en cada uno de esos territorios?

Entre Ríos tiene la particularidad de estar demográficamente muy bien distribuida. No hay una enorme ciudad capital o no capital –como puede ser Rosario en el caso de Santa Fe– y luego ciudades chicas, sino que Paraná tiene 300 mil habitantes, Concordia casi 200 mil, Gualeguaychú 100 mil y algo, y así. O sea que, demográficamente, en lo que tiene que ver con lo electoral, todos los departamentos de la provincia pesan: algunos un poco más, otro algo menos. Paraná, Concordia, Gualeguaychú, Concepción, La Paz son los distritos más poblados, donde influye tener candidatos fuertes y un buen armado. Yo creo que eso lo ha logrado Bahl con el apoyo y la anuencia del gobernador Bordet, que también fue el artífice de la fórmula y de los armados que se hicieron en cada uno de los departamentos. En eso tuvo que ver la muñeca tanto del gobernador como del candidato.

Respecto de los matices, la costa del Uruguay es muy diferente a la del Paraná. La costa del Paraná, la ciudad de Paraná, La Paz, Victoria, Diamante, son ciudades más administrativas. La costa del Uruguay está ligada al turismo, y sus ciudades están mucho más relacionadas con Buenos Aires, con el paso por la ruta 14. Cada una tiene sus particularidades, sin duda, por eso la importancia de los armados locales.

Una de las cosas que le critican a Frigerio es que hace mucho no vive en la provincia. Adán Bahl, por su parte, hace hincapié en su identidad entrerriana ¿Creés que esto va a pesar en la elección, como le ocurrió, por ejemplo, a Carolina Losada en Santa Fe?

Eso es algo que podremos saber una vez conocido el escrutinio. Las estrategias electorales están orientadas, en el caso de Frigerio, a repetir la consigna de terminar con veinte años de peronismo. Lo cual es cierto: es el signo político que está gobernando hace años y, en muchos casos, repite sus nombres, sus políticas, cierta burocratización, continuidades que a un cierto sector del electorado le molesta. Y sobre eso machaca Frigerio, como alguien que se sabe no proveniente de la provincia de Entre Ríos. Y del otro lado se hace hincapié en lo contrario: en la pertenencia, en la condición de intendente de los dos integrantes de la fórmula, que gestionan, que saben lo que la gente quiere.

Hay algo que va a diferenciar esta elección de aquella de medio término en 2021, que es justamente el accionar de los intendentes en cada distrito. Allí hay una carta fuerte del gobierno nacional y de la fuerza del peronismo, que es que, pese a la situación económica, la obra pública continuó y con importante financiamiento durante estos cuatro años del gobierno de Alberto Fernández. Me parece que eso también juega –y están tratando de hacerlo jugar– en la campaña. Qué pesará más a la hora de la elección, lo sabremos el domingo.

Incluso en su interna –que repite con Pedro Galimberti (UCR) como en 2021– ¿este “porteñismo” de Frigerio podrá hacer que se modifiquen los resultados de la elección del 2021? ¿Cómo juega en esta interna el hecho de estar “nacionalizada”, sobre todo el “apoyo” que tuvo Frigerio en el cierre de listas?

Galimberti se quedó muy enojado con el cierre de lista cuando no le dejaron pegar boleta con ninguna de las dos fórmulas de Juntos por el Cambio. Ahora se habla de que vendría Facundo Manes a levantarle la mano, algo que, creo, ni el propio Galimberti quiere. Porque era una última jugada que tenían, y no se dio cuando Manes bajó su candidatura. Ahora viene, pero enviado por Larreta, con lo cual poco y nada le sirve a Galimberti que le levante la mano. La expectativa más bien está en qué harán los radicales resentidos en caso de que –como todo hace prever– Frigerio les gane la interna, porque Galimberti representa al radical “puro”. Más allá de que muchos de ellos ya se fueron con Frigerio, en un ejercicio de pragmatismo que el radicalismo viene practicando desde la Convención de Gualeguaychú: hasta la hija de Varisco, Lucía Varisco, que es una de las precandidatas a intendenta de Paraná por Juntos por el Cambio, recorrió los barrios acompañada por Frigerio. Así que pocos radicales le han quedado a Galimberti. Vamos a ver qué dicen las bases y, sobre todo, cómo votan, no el domingo, sino en las generales. Galimberti ha advertido, en este sentido, lo que le ha pasado a Luis Juez en Córdoba, donde Juntos por el Cambio perdió la provincia por un par de puntos, dando a entender que eso mismo le podría pasar a Frigerio en Entre Ríos.

De cara ya a la gestión 2023-2027, ¿cuáles son los principales problemas que tiene hoy Entre Ríos y los desafíos que enfrentará la gestión provincial? ¿Hay diferencias a la hora de las propuestas, de estos dos armados en qué atender y cómo?

Los desafíos de la próxima gestión dependerán de la agenda de quien sea el gobernador. Entiendo que los desafíos que Bahl tiene en la cabeza no son los mismos que Frigerio. Con Bahl se sigue una línea peronista, productivista, de Bordet, de la región centro; no le pidamos más a la izquierda porque no creo que esté dispuesto, pero sí un gobierno que pueda plantear las grandes obras que le hacen falta a la provincia. Por ejemplo, muchos caminos rurales: entidades del campo y productores hace mucho que presionan por los consorcios mixtos, que en la provincia se han resistido, pero con una dirección de Vialidad y un gobierno provincial que poco hacen para que, más allá de tener en condiciones los caminos, haya nuevos, se pavimenten. Por cómo pensó Bahl la ciudad de Paraná, con una visión a varios años, si pudiera llevar esa proyección a nivel provincial es un planteo interesante.

Cómo pensará Rogelio Frigerio la provincia de Entre Ríos, es un misterio. Sobre todo, si tenemos en cuenta que es un neoliberal, con una visión no pensada desde Entre Ríos, más allá de que él se esfuerce por hacer ver que sí. Se habla mucho de la gobernación como plataforma de Frigerio para lanzarse a nivel nacional y ser presidenciable. Lo cual no es necesariamente un buen augurio para la provincia de Entre Ríos: de hecho, hay un precandidato a vicepresidente que tiene una provincia prácticamente sublevada, como es el caso de Morales y Jujuy. De manera que para ser presidenciable no es necesario que tenga una Entre Ríos brillante, basta que lleve adelante algunas políticas que le permitan visibilizarse a nivel nacional. Y sabemos de memoria la manera en que manejan el marketing político.