Santa Fe inicia el proceso electoral del 2025 con un hecho histórico. Además de las localidades en las que se elegirán candidatos a concejales y los distritos en los que se votarán candidatos a intendentes en las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) que competirán en las generales de junio, los santafesinos definirán quiénes integrarán la asamblea convocada para renovar la Constitución provincial. La asamblea constituyente estará conformada por 50 convencionales elegidos por distrito provincial único, más uno por cada uno de los 19 departamentos. Un total de 69 miembros para reescribir una Constitución renovada por última vez en 1962.
El propio gobernador, Maximiliano Pullaro, encabeza la lista a convencionales de Unidos para Cambiar Santa Fe –la coalición gobernante conformada por radicales, socialistas y el PRO–, en una decisión que parece destinada a construir la elección desde una adhesión o rechazo a su figura y suplir así la gran falta de espesor de debate institucional. El peronismo, si bien conformó una amplia unidad que encabeza Juan Monteverde a nivel provincial, no pudo evitar la conformación de otras listas que disputarán esos votos. A Monteverde, referente de Ciudad Futura, lo acompaña la exvicegobernadora Alejandra Ródenas y el diputado nacional del massismo Diego Giuliano, en el armado Más para Santa Fe, que agrupa al PJ, al Frente Renovador, a Ciudad Futura y al Movimiento Evita, referenciado en Eduardo Toniolli (a quien también entrevistamos). Por fuera de la estructura, pero con mayor conocimiento provincial (fue el último candidato a gobernador del peronismo), se presenta Marcelo Lewandowski, seguido por la gremialista de La Bancaria Victoria Capoccetti y el diputado provincial Rubén Giustiniani, que aporta su partido Igualdad y Participación. Mientras, la Libertad Avanza recién debutará como partido a nivel provincial en esta elección, y el descontento con el gobierno provincial de ese sector podría canalizarse en la figura de Amalia Granata.
Poco debate para una gran discusión
La forma en que se aprobó la declaración de la necesidad de reforma en la Legislatura, el poco tiempo que se estableció para la campaña, sin PASO que pudiera ordenar la discusión dentro de las oposiciones, son cuestiones que parecen querer establecer un escenario en el que aparezca solo el gobernador en la contienda, y la discusión, en lugar a abrirse a la inclusión de nuevos derechos o la modernización del sistema institucional, se reduzca a su figura. Esta ausencia de debate público repercute en una Constituyente que recibe un procedimiento casi de trámite administrativo, e implicó incluso una presentación en la Justicia Electoral por falta de difusión oficial.
La periodista santafesina Belén Degrossi entiende que, en este marco, efectivamente la elección se termina configurando como una gran encuesta sobre la figura de Pullaro. Sin embargo, aclara, “es muy difícil que eso después pueda corroborarse, porque hay un profundo desconocimiento en la provincia sobre qué estamos yendo a votar el domingo”. Esto, por un lado, es propiciado por el hecho de las muchas elecciones territoriales de concejales, intendentes, presidentes comunales, del poder ejecutivo y legislativos locales, pero también porque “se presta para esa confusión que el gobernador aparezca haciendo campaña”. Por eso, plantea Degrossi, habría que “volver a esto cuando tengamos los números del domingo. No tanto si fue mejor o peor para el gobernador en términos de votos, sino en cuanto al número de participación, cuánta gente va a participar, en qué distritos, así como si los lugares que históricamente han acompañado a lo que era el Frente Progresista y ahora es Unidos por Santa Fe van a tener gran afluencia. El gobernador depende mucho de que en las grandes ciudades haya una buena cantidad de votos. También depende de que los haya en las capitales de departamento. De manera que me cuesta ver un terreno que no sea incierto, porque mi duda tiene que ver con la participación”.
Esta falta de participación está estrechamente vinculada a la ausencia de debate público sobre lo que debiera ser un hito histórico para la provincia. Al respecto, señala Belén: “esto está propiciado incluso por una muy pobre campaña por parte del gobierno de la provincia: no ya tanto del gobernador en calidad de candidato, sino del gobierno en términos institucionales. No hay cartelería que hable de qué se va a votar, hay muy pocos videos de los que circulan en redes sociales en torno a qué es lo que se elige. Creo que hay mucha gente que se va a sorprender el domingo cuando llegue y vea que son distintas categorías. Y me parece que ahí está la cuestión. Va a ser un poco caótico, por eso me resulta difícil hacer cierta futurología”.
El hecho de que la lista de Unidos para cambiar Santa Fe esté encabezada por el propio gobernador no solo no contribuye a propiciar discusión alguna, sino que además plantea otros problemas. “Informalmente”, continúa Degrossi, “se da una discusión sobre qué tan ético es que un gobernador forme parte de un proceso de reforma constitucional. No tanto por la cuestión de la reelección, si bien es algo que le interesa y mucho al Frente Progresista en general, porque fue un problema que tuvo durante las gestiones anteriores: piensen que ni Hermes Binner ni Antonio Bonfatti ni Miguel Lifschitz pudieron ir como candidatos a la reelección, a pesar de que los tres tenían buena imagen, sobre todo Binner y Bonfatti. Pero, más allá de esto, lo que llama la atención es que el gobernador sea congresal constituyente y tenga que formar parte de ese congreso que durará por lo menos un mes y, por lo tanto, no va a poder cumplir su rol como gobernador. El que mucho abarca, poco aprieta, podríamos decir. ¿Efectivamente el gobernador va a ser congresal constituyente o su candidatura es testimonial para empujar al resto de la lista para llegar a los 35 congresales? Por ahora, el gobernador ha expresado que él quiere formar parte de la discusión, lo cual abre la puerta a este segundo debate: si se tomará una licencia y le cederá su rol institucional a la vicegobernadora Scaglia”.
Volviendo a las propuestas de reforma, completa Belén: “no solo hay un profundo desconocimiento sobre qué vamos a votar este fin de semana, sino sobre qué significa una reforma constitucional, cuáles son las cosas que se van a modificar. Pero, sobre todo, veo con mucha preocupación que, entre la cantidad de candidatos y candidatas a congresales, hay un importante porcentaje que no son idóneos para lo que se va a estar discutiendo. Yo desconozco cómo se dio en otras provincias este proceso, tengo la pauta de cómo fue la discusión en la reforma constitucional de 1994. Cuando uno ve los nombres y las caras de la gente que formó parte de esa reforma, entiende que era gente más preparada. Aquí son pocos los que en entrevistas o spots de campaña pueden sentarse a discutir. Yo sé que quizás sea hasta inocente lo que digo y seguro tienen asesores detrás, pero estamos hablando que tenemos candidatos como –sin desmerecer– la locomotora Olivera, que en su campaña hace alusión a ejes de la reforma que no van a entrar en una Constitución porque tienen que ver con el derecho penal. Eso lo veo con preocupación, porque una Constitución no es algo irrelevante ni mucho menos. Quizá la gente no tiene la culpa de no saber qué vamos a votar el domingo, pero sí es importante que gran parte de la clase política no esté preparada. Me parece que es al revés, que eso derrama en algún sentido”.
Figuras en oposición
Si bien el cálculo del oficialismo estima que Unidos para Cambiar Santa Fe llegará al número “mágico” de 35 convencionales –la mitad más uno de la futura Convención, con el que se asegurará todas las reformas que quiera incorporar–, Pullaro tendrá una merma considerable de los votos con los que ganó la provincia hace dos años. Explica Degrossi: “uno entiende que, si el gobernador ganó por una amplísima mayoría las elecciones, hay una gran cantidad de empleados públicos que lo votaron, del sistema de salud, el sistema educativo, los trabajadores de la administración central, el poder judicial, el poder legislativo, que han sido los más perjudicados por el gobierno de Maximiliano Pullaro. En ellos radica una de las dudas respecto de qué pasará el domingo: si esa suerte de insatisfacción, que una nota, por ejemplo, cuando vienen los momentos de paritaria o las marchas de jubilados o los paros generales, lo que hemos visto en la calle las últimas semanas, terminará también volcándose en votos”.
La cuestión, sobre todo, es hacia dónde migrarán esos votos, con una oposición fragmentada. Esto es porque “no se logró hacer un frente único, al menos del peronismo y afines. Hay dos candidatos del peronismo, los dos con fuerte arraigo en el sur, porque tanto Monteverde como Lewandowski vienen de la zona de Rosario. La diferencia es que Lewandowski ya tiene arriba una campaña como candidato, primero a senador nacional y después a gobernador (era el candidato en las últimas elecciones), con lo cual, me cuesta un poco pensar este esquema en el traslado a las urnas”. A esto se suma la fragmentación a nivel nacional de las referencias políticas, que repercuten necesariamente en la provincia. “Hoy no hay en Santa Fe una referencia nacional al que el peronismo se pueda subir. En las elecciones 2023, todavía existía el ‘este es el candidato de tal’. Así como Pullaro ya no es el candidato natural de nadie, tampoco. Hay una suerte de crisis de las referencias, que suma otra dificultad para ver hacia dónde van a ir los votos”.
¿Entonces? “A río revuelto ganancia de pescadores”, grafica la periodista santafesina, para explicar que quizá “la que pueda tener cierta ganancia de la situación es Amalia Granata. Quien puede sumar los votos de la gente que está descontenta con la gestión de Pullaro, pero que, a su vez, puede llegar a tener una suerte de ‘prurito’ para votar por el peronismo, ya sea porque algunos no se vienen desempeñando tal como una esperaría de una oposición o porque no votarían a un candidato como Juan Monteverde o Lewandowski. Granata cuenta a su favor que su ‘fama’ nacional le permite hacer más campaña en los medios o programas nacionales que en el ámbito local. Esto no quita que, además, ha tenido en los últimos años una construcción mayor de la que contaba en las primeras elecciones que se presentó. Viene de trabajar en la Legislatura, de trazar alianzas con otros sectores, y se planteó abiertamente como opositora al gobierno de Pullaro sin pegarse directamente a la figura del presidente Milei. De alguna forma, puede ser la candidata para los votos libertarios sin ser la candidata de MIlei y, a la vez, sumar votos de la oposición que queda por fuera del peronismo”.
El domingo arrojará sus resultados electorales. Pero, más allá de eso, la consecuencia más importante para Santa Fe será lo que los 69 asambleístas dejen plasmado durante la convención constituyente. “Ojalá”, cierra Degrossi, “estén a la altura de la discusión y de lo que precisa el pueblo santafesino”.