Termina otra semana de desgaste para la gestión Milei. Comenzó con el estertor del discurso presidencial en la ONU, que resultó plagiado de una serie de HBO, y estuvo marcada por los datos sobre la profunda desigualdad en la Argentina (según el INDEC, el 10% de la población con mayor ingreso per cápita concentra el 33% del total del ingreso y es 19 veces mayor que el 10% con menor ingresos) y la advertencia del FMI sobre la pobreza que azota a la población, que indica que Luis Caputo se enfrentará a un incumplimiento de las metas pautadas. Pero, sin dudas, el centro de estos últimos días fue la multitudinaria Marcha Federal de la comunidad educativa universitaria a favor de la Ley de Financiamiento Universitario, a la que le siguió el veto presidencial en la madrugada del jueves: un segundo decreto en menos de un mes para vetar una ley, que posiblemente deje al Ejecutivo acorralado y con un corto y deshilachado margen político dentro del Congreso.

Hilario Moreno del Campo

Habida cuenta de que ya en septiembre, según varias encuestas, la confianza en el gobierno de Milei se había derrumbado casi un 15%, nos interesó conversar con el politólogo Hilario Moreno del Campo, de la Consultora Dicen, acerca de las mediciones y encuestas de opinión pública a nivel nacional, que perfilan una tendencia negativa tanto en la evaluación general del gobierno como en la eficacia de la administración del gasto público, la honestidad y capacidad de resolver los problemas de la población argentina.

Durante septiembre, algunas encuestas marcaron una fuerte caída tanto de la imagen del presidente Milei como de la aprobación de su gestión y de las expectativas económicas. De hecho, lo marcan como el pico más bajo desde que asumió el gobierno. ¿Consideras que es solo una caída pasajera o que es una tendencia que comenzará a consolidarse?

Efectivamente, se verificó una caída de la imagen presidencial. Todas las consultoras desde hace meses vienen registrando una caída. Algunas lo verificaron un mes, otras otro mes; pero, más allá de las cuestiones de margen de error, la tendencia es que, desde mayo y junio, hasta ahora hay caída. Lo que sucedió en septiembre es que se notó claramente, llegando en algunos casos por debajo del 40%.

Yo creo que no es una cosa puntual, sino una tendencia, porque en todos los casos mide menos del 50% de imagen positiva y hace meses que decae. Y se debe a la situación económica que vive la población argentina, que es peor que la que heredó Milei. Básicamente, los que lo votaron lo hicieron con la expectativa de estar mejor; pueden aguantar un tiempo, pero, en la medida que empiezan a no ver resultados, esa expectativa se empieza a romper. Esa es la síntesis, digamos.

Todavía a Milei lo sostiene bastante la esperanza, la expectativa. Es decir, los que lo votaron, el núcleo más duro de Milei, los más convencidos, siguen teniendo esperanza. La esperanza, la expectativa, las opciones optimistas respecto del futuro de la economía son mayores que la aprobación de la gestión y mayores incluso que la imagen de Milei. Pero la esperanza no es eterna, esa es la clave: también viene en caída, porque la gente que tiene esperanza, que tiene fe, está matizando las opiniones con cierto grado de irracionalidad, pero también existe una parte racional que se activa con cada problema que lo rodea, con la realidad. Entonces, llega un momento donde, no todos, pero varios, van perdiendo la esperanza.

¿Cómo creés que se traducirá esta tendencia en el próximo mapa electoral?

Hay que entender esto en los distintos tipos de electorados. Porque los electorados no son iguales. Hay un tercio, aproximadamente, que siempre fue anti Milei, integrado básicamente por el electorado peronista o de izquierda. Son la población que siempre estuvo en contra, muy en contra, de Milei. Ese electorado puede ser entre un 30% y un 40%, depende de la elección, pero orbita ese tercio del que hablamos.

Después hay alrededor de un 30% que apoyó a Milei y que es un tercio de alguna manera nuevo. Es decir, no es el mismo tercio que era del PRO antes, que apoyaba a la derecha de Cambiemos; en ese tercio que armó Milei, juntó gente que estaba en contra tanto de Macri como del peronismo, algunos jóvenes, sectores populares. Pero, al día de hoy, una parte de eso se le está yendo. Básicamente, está perdiendo el apoyo que había logrado en los sectores más pobres. El apoyo a Milei en los sectores populares no había sido mayoritario, pero sí es cierto que logró una penetración que el PRO no había logrado. En general, el peronismo era el único que tenía presencia en los sectores más pobres, y Milei logró pelearle algunas zonas, ganarle algunos pueblos. Yo creo que ahí es donde más se está resintiendo la cosa, porque es la población que menos puede aguantar todo el ajuste económico. Y la clave está en qué va pasando en ese tercio más flojo, en los que ni apoyan religiosamente ni está religiosamente en contra, que es el que está más sometido a la volatilidad. Ahí es donde se define la pelea. Y ahí es donde Milei está perdiendo por goteo, mes a mes, un poco de aprobación.

Entre los temas sociales donde más cayó la aprobación se observa la educación. En abril, el 49% apoyaba al gobierno en este ítem, mientras que septiembre la aprobación cayó al 35%. ¿Cómo te parece que impactará, en ese sentido, el veto a la Ley de Financiamiento Universitario, teniendo en cuenta que más del 70% de la población argentina que cursa estudios universitarios lo hace en la universidad pública?

Bueno, en ese tercio clave o decisivo del que hablábamos recién que es más volátil, no todos los temas impactan de la misma manera. Hay temas donde esa gente de pronto puede apoyar a Milei: supongamos, lo de la boleta única, o iniciativas que se puedan leer “en contra de la política”, o hasta cuestiones de represión y persecución política. Medidas que a ese sector del medio con tendencia de derecha pueden parecerle simpáticas. Pero hay otras que no: claramente, en cuanto a las políticas sobre la educación pública en general y el presupuesto universitario en particular, no lo acompañan –y yo diría que tampoco en el veto al aumento de los jubilados. Entonces, ese tipo de políticas, como el veto universitario, y la marcha de ayer, les hace caer adhesiones.

Claro, que tengan una narrativa de negación sistemática no quiere decir que con ciertas medidas no pierdan popularidad…

Totalmente: esos temas le hacen mella al gobierno. Es decir, el fondo de la cuestión es que Milei no está logrando una salida económica positiva. Pero, sobre ese trasfondo, ocurren cuestiones puntuales o sectoriales, como la de la educación, que son las que más daño le van a hacer, porque justamente son de fuerte impacto en el sector intermedio, ese sector que Tito Bacman llama los “independientes pragmáticos”. Una muy buena forma de definirlos, ya que son esos votantes que no se casan ni con el peronismo ni con el antiperonismo, ni con el macrismo ni con el antimacrismo, ni con el mileísmo ni el antimileísmo, o como quieran llamarlo, pero que son los que terminan definiendo las elecciones.

Finalmente, y como seguidor y analista de las opiniones y los comportamientos sociales, ¿creés que la boleta única de papel va a cambiar la forma de votar? ¿Existe algún tipo de relación entre su implementación y los alineamientos políticos?

Respecto de la boleta única de papel, no creo que tenga mucho impacto. El hecho de que estén todos los candidatos en una misma columna no creo que implique grandes modificaciones en los resultados electorales o en la forma de votar. Si acaso llega a tener algún impacto, suponemos que podrá ser en contra de lo que podríamos llamar “la franquicia partidaria”, es decir, los partidos desconocidos, sin estructura, que trabajan más sobre la marca que sobre la construcción política territorial. El mejor ejemplo de eso fue Cambiemos, que llevaba a cualquier lugar la marca, la estética, todo eso, y la gente votaba desconociendo totalmente a los integrantes de la lista, ya que era “el partido de Macri”. A ese tipo de fenómenos es al que puede perjudicar un poco más la boleta única, creo. Pero, en general, por cómo es armada, no creo que tenga un impacto importante.