A partir de ayer, el plan de vacunación con el objetivo de proteger a la ciudadanía del Covid-19 ya está en marcha en Argentina, lo que posiciona a nuestro país entre las primeras naciones del mundo en implementar medidas de inmunización contra el coronavirus que ha azotado al mundo en 2020. Cada provincia del país recibió la cantidad proporcional de las 300.000 dosis de la vacuna Sputnik que llegaron hace apenas cuatro días desde Rusia. La Provincia de Buenos Aires recibió 123.000 vacunas; Santa Fe, 24.100; C.A.B.A 23.100; Córdoba, 21.900; Tucumán, 11.500; Mendoza, 11.000; Entre Ríos, 10.100; Salta, 8300; Chaco, 7.700; Corrientes, 6.700; Santiago del Estero, 5.900; Misiones, 5.200; San Juan, 4.700; Jujuy, 4.600; Río Negro, 4.400; Neuquén, 3.600; Formosa, 3.400; San Luis, 3.300; Chubut, 3.000; Catamarca, 2.800; La Rioja, 2.600; Santa Cruz, 2.400; La Pampa, 2.300 y Tierra del Fuego, 1300.

De esas 300.000 vacunas, una fue destinada a Margarita Méndez, médica clínica del Hospital Municipal de Vedia, Provincia de Buenos Aires, quien habló con Sangrre tras ser inoculada. Contó qué implica para ella haber recibido la vacuna Sputnik V, se refirió a los intereses detrás de las campañas de resistencia a la vacunación y sembró de optimismo la sala en la que pasó todos estos días de pandemia en contacto con muchos pacientes mayores y vulnerables al contagio del Covid-19. A partir de ahora podrá revincularse con su vocación de cuidado y sus expectativas profesionales sin riesgos ni contradicciones.

Fuiste una de las primeras vacunadas en este día histórico para el país, ¿cuál es tu reflexión como personal de la salud ante esta realidad de inmunización contra el COVID 19?

Hoy fui de las primeras personas en recibir la vacuna Sputnik V en el hospital de Vedia, lo cual es una alegría desde lo personal, y una responsabilidad desde lo colectivo. El personal de salud muchas veces es mirado por la población como modelo o referente en lo que en materia sanitaria se refiere. Considero un acierto empezar la vacunación por este grupo de riesgo, para seguir generando la confianza que se necesita en un plan de vacunación tan ambicioso como histórico. También considero que es importante el concepto federal que se le impone a esta campaña. La Capital Federal es la caja de resonancia de la política argentina, pero no es toda la Argentina. Reafirmar que todo el país y todos los ciudadanos del país son igual de importantes para el Estado es recuperar valores soberanos que durante los últimos años fueron bastardeados. Y, por último, tener la posibilidad de empezar la vacunación en el grupo de vanguardia a nivel global es una de las mejores noticias del año. Los países centrales despliegan toda su inhumana avaricia para acaparar la vacuna, como si fuera una mercancía más. La producción del 54% de las vacunas del 2021 fueron compradas por países que su población no llega al 13%. En ese contexto, me siento muy orgullosa de las gestiones del Poder Ejecutivo, y de la cartera de Salud en específico, que logro hacerse un espacio entre los buitres para adelantar la vacunación y de esa manera salvar muchas vidas de argentinas y argentinos.

¿Creés que la carrera que se trazó el Ejecutivo Nacional, encabezado por el presidente y el ministro, tiene con este inicio del plan de inmunización un horizonte concreto hacia el final de la pandemia?

Creo que el fin de la pandemia tiene dos caminos. Por un lado, la vacunación, con su despliegue científico-tecnológico, que no hace otra cosa que demostrar que cuando la ciencia tiene financiamiento es capaz de lograr avances gigantescos. Y por otro lado está la solución que viene de la mano del tratamiento efectivo. Durante este año de pandemia se mencionaron y se probaron muchos medicamentos, algunos hasta fueron recomendados por algunos presidentes trasnochados. Y ninguno de todos ellos logró posicionarse como el que resuelve el problema. En nuestro país también se vieron resultados muy favorables en materia de transfusión de plasma y recientemente el suero equino hiperinmune. Pero aún falta llegar a ese fármaco que nos permita el día de mañana tratar un paciente Covid sin el riesgo de que pierda la vida. La inmunización nos va a permitir cuidar y proteger a los más vulnerables al virus. De esa forma se logrará bajar la mortalidad y a futuro lograr inmunidad de rebaño, para que el virus no tenga un huésped en donde replicarse y deje de ser un peligro potencial para toda la humanidad.

¿Qué opinas sobre la fuerte campaña mediática en contra de la vacuna Sputnik?

Creo que la campaña mediática hace mucho daño, pero es en el corto plazo donde se ve su poder de fuego. No son antivacunas, son antigobierno, y eso va quedando cada vez más en evidencia. Además, no se puede ser tan ingenuo de pensar que sus cuestionamientos vienen por el lado científico, ético o moral. Por un lado, están los que siempre defienden intereses concentrados, en este caso de los laboratorios que a lo largo de la historia han demostrado ser multimegabillonarios que lucran con la enfermedad de las personas y que son capaces de cualquier cosa con tal de imponer su ley de mercado. Y aquí en Argentina obviamente tienen a sus espadas mediáticas, que no dudan en defenderlos aun a riesgo de su salud personal y la de sus seres queridos. Ponen en duda la efectividad de una vacuna solo porque esa vacuna no entra en el circuito comercial que ellos imponen. Pero con el tiempo y a medida que la campaña de vacunación avance y el pueblo vaya constatando que recupera de a poquito aquella normalidad que guardó en un cajón allá por marzo, las colas para la Sputnik van a ser la noticia.

Otro perfil es el que opera en contra la vacuna desde la oposición política, que luego de recibir una paliza electoral histórica se quiere parar en el escenario a dar indicaciones de qué se debe y qué no se debe hacer. Cuando a ellos les tocó gobernar hicieron lo posible por privatizar el sistema de salud, desarticularon programas nacionales, quitaron rango al ministerio, dejaron vencer las vacunas y los remedios en un depósito, reapareció el sarampión, etc. Y ahora militan la anticuarentena desde el día uno, porque evidentemente no les importa en lo más mínimo la vida y la salud de la gente.

Finalmente, ¿qué le dirías a los lectores de Sangrre sobre la importancia de vacunarse y vacunar a sus familias?

La vacunación es un acto solidario. Las campañas de vacunación no solo son para que el individuo no se enferme, sino también para que la comunidad se libre de ese flagelo. Hay que volver a construir confianza en la vacuna. En nuestro país más del 95 % de la población es receptiva a la idea de la vacunación. El movimiento antivacunas siempre fue marginal. Los jubilados de PAMI que atiendo todos los años se agolpan en la consulta para pedir la vacuna de la gripe, y se la aplican con todo gusto y toda seguridad. Con esta vacuna va a pasar lo mismo, solo es cuestión de tiempo. A los lectores les digo: ¡Todos a vacunarse!