Gustavo Sáenz va por la reelección como gobernador de Salta, pero con un armado diferente al que lo llevó al triunfo en 2019: en principio, más amplio y transversal. Más allá de que siempre había estado referenciado en el massismo, Sáenz había sumado al armado que traía desde el Municipio de Salta –donde era intendente– al Frente Plural (FP) de Matías Posadas, a parte del romerismo y a parte del PRO, y se había enfrentado en aquel año al Frente de Todos –que salió segundo– y al Frente Olmedo Gobernador (que sumaba su partido Ahora Patria a la UCR y al Partido Renovador de Salta). En 2023, el Frente que lleva a Sáenz por la reelección incluye, por el contrario, a todo el PJ orgánico, con sectores del kirchnerismo –es decir, gran parte del Frente de Todos– y una parte del olmedismo. En la vereda de enfrente tiene, en el armado más importante, al muy variopinto frente Avancemos, integrado por algunos que conformaban en 2018 el Frente de Todos en la provincia, como su candidato a gobernador Emiliano Estrada, junto con Carlos Zapata, del partido Ahora Patria de Olmedo, como candidato a vice. Por todo ello, si en 2019 bajo la sigla PAÍS o Identidad Salteña se podía leer una aspiración de Sáenz a una lógica más “provincial”, con reglas, relatos, armados particulares y propios, la presencia preponderante del PJ en esta elección, la representación de sectores del Frente de Todos en las listas y la puesta en valor de su estrecha vinculación con el gobierno nacional para este 2023 quizás lo alejan de esta caracterización.

Sobre toda esta ingeniería electoral salteña, las preguntas sobre un posible “provincialismo” y los desafíos propios del territorio salteño, conversamos con Federico Banegas, militante peronista y sindical en la provincia.

Entre las elecciones de 2019 y las de este año, el armado electoral que impulsa la reelección del gobernador Sáenz cambió su configuración, y hoy incluye parte del PJ junto a otros partidos y agrupaciones municipales. ¿Se puede leer esto como una especie de “peronismo provincial” con una lógica propia? ¿Esto tiene que ver con la forma en que armó su gobierno, su gabinete, con una buena relación, a su vez, con el gobierno nacional (es sabida la buena relación de Sáenz con Sergio Massa)?

Hay una parte central que está en los prolegómenos de todo esto. Que es la cuestión de si este proceso de Sáenz llega a ser, como decís, un proceso de “provincialización”. Pienso, cuando me decís eso, en procesos que construyeron una hegemonía mucho más fuerte, como los Rodríguez Saa y el cordobesismo de De la Sota para acá. Me parece que, en Salta, los que llegaron a armar algo similar fueron los Romero y el urtubeycismo. Yo creo que ellos –junto con el Banco de Brito–son la mesa del poder provincial y son los que construyeron grupos hegemónicos políticos. Obviamente, desde ahí todos quisieron después dejar el cabotaje e ir a jugar a nivel nacional. Pero esa es otra cuestión.

Por eso, creo que este caso no llega a ser un proceso de “provincialización”. Sí veo que el gobernador está dando una “vuelta de tuerca” en el Frente: cambió la composición, creo que se amplió. Este año tiene a todo el PJ orgánico adentro, tienen a muchos sectores del kirchnerismo que juegan dentro del Frente. Hay que aclarar que es un frente raro, porque son dos frentes que apoyan la candidatura de Sáenz, y además tiene la validación del gobierno nacional, que se traduce en un montón de obras que se están ejecutando.

Enfrente hay una parte que antes jugó con él y ahora está en otra opción política. El caso más claro es Matías Posadas, que va de candidato a intendente por el PRO, siendo una persona que siempre jugó desde el lado del “progresismo” con Urtubey, como representante de un radicalismo progresista.

Y se complejiza en la elección, además, porque el kirchnerismo está representado por dos opciones: una más peronista, con Walter Wayar, y otra que puede describirse como más “frentista” pero no tanto, porque la hegemoniza Verónica Caliva, que viene de una corriente no peronista.

Este espacio provincial de Sáenz cuenta con sectores del albertismo, del massismo y con sectores del kirchnerismo más “duro”, como La Cámpora. Más allá de que alguien referenciado en la Cámpora –más precisamente con Wado de Pedro– como Emiliano Estrada hoy haya armado un frente electoral al mejor estilo urtubeycista: de derecha a izquierda, de todos los colores. La jugada de Estrada es una vuelta al urtubeycismo. Pero el gobierno de Sáenz tiene una representación política de todos los sectores que componen el Frente de Todos. Por eso, volviendo a lo que decía al principio, se amplió su frente electoral en relación al 2019.

La provincialización que vienen mostrando las elecciones provinciales también aparece en Salta, con la idea de “renunciar” a la grieta en nombre del “superior” interés de Salta, bajo el concepto de unirse para exigir al gobierno central que reconozca a la provincia con iguales derechos y que ello se traduzca en un reparto más equitativo de recursos. ¿Aparece esto en el relato del gobernador?

Más allá de ser una muletilla de todos los poderes políticos locales en todo el interior, esto de intentar saltar la “grieta” e ir por encima de eso, este año el gobernador Sáenz no lo usó como parte de su relato. Sí lo tuvo cuando ganó su primera elección, siendo que venía de un núcleo muy fuerte del massismo. Y eso se sigue viendo hoy con la presencia de Flavia Rayón en el ejecutivo nacional.

Hoy el discurso con el que Sáenz sale a las calles, a las redes, en todos partes, es la gestión en obras. Un montón de obras públicas que tiene para mostrar, que se están gestionando, que fueron tramitadas a través de Nación. Por lo cual, Nación tiene entonces una apuesta fuerte, por la cantidad de obra pública que impulsó en la provincia, también en el interior, y entonces sale el gobernador a jugar sobre todo con eso.

El frente hoy “opositor” también mutó en estos cuatro años. En el caso del Frente de Todos, se partió en varias alternativas: Emiliano Estrada (Avancemos), Walter Wayar (Entre Todos) Verónica Caliva (Salta para Todos), Daniel Escotorín (Unidad Popular) y Mauro Sabbadini (Felicidad). ¿Qué chances electorales tienen hoy estos candidatos?

Como decía en la primera pregunta, creo que, en el caso de Emiliano Estrada, es una representación de lo que fue el urtubeycismo. No por nada Estrada fue el último ministro de Economía de Juan Manuel Urtubey. Es un tipo que viene del lado del Banco Macro. Quedó instalado en la militancia como un hombre referenciado en Wado de Pedro, pero hoy a la construcción que apostaron es otra: la de un frente superador de esa “grieta” porque contiene a un olmedista, a un radical como Biela, está también el Partido de la Victoria. Ese sí es un verdadero frente de ideas muy disímiles. El urtubeycismo también arranco así, conteniendo a Libres del sur, al Partido de la Victoria, a Memoria y Movilización. Pero hoy la mayoría de esos sectores están jugando con el gobernador Sáenz. Y en ese reagrupamiento de lo que fue el movimiento nacional, una parte quedó en el frente Avancemos con Emiliano Estrada.

Por otro lado, hay grupos que quedaron afuera de sectores más mayoritarios y vuelven a componer unidades más pequeñas: por ejemplo, Escotorín vuelve con Unidad Popular. Tienen una discusión política que llega a otros sectores de la sociedad, donde se buscan discusiones más profundas que, hoy por hoy, la realidad política de Salta no contiene. Porque dentro de los problemas que sigue habiendo en la provincia están la cuestión del agua en el Norte, la gran desigualdad con departamentos como Santa Victoria o las comunidades wichis que viven en la ignominia total.

Juntos por Cambio unificó candidatura con el radical Miguel Nanni, pero tras una serie de conflictos que desgranaron la coalición. ¿Cuáles son las chances de esta coalición después de este proceso?

La interna de Juntos por el Cambio es parte de una discusión que vienen llevando hace tiempo. Donde los sectores más PRO de Martín Grande, que siempre despreciaron al radicalismo de Nanni, jugaron su propio juego. Es más, Grande estuvo a punto de ir como candidato dentro del frente de Emiliano Estrada. Igual que José Guaymas, del sindicato de Camioneros. Aunque después, cada uno volvió al cauce “normal” de su fuente política: Camioneros a apoyar al saenzismo, como la CGT y las 62, y Martín Grande no jugó finalmente con los sectores de los amarillos de Olmedo en el frente de Emiliano Estrada.

Salta es una de las pocas provincias que tienen dos cámaras provinciales. Los salteños y las salteñas votarán treinta diputados y once senadores provinciales. ¿Cómo impacta esto en la elección provincial? ¿Se espera que el gobernador obtenga un triunfo que pueda verse reflejado en ambas cámaras?

Con Jujuy al lado, como referencia, siempre se pone en discusión la cuestión bicameral de la provincia. Pero, finalmente, se considera que no está mal, dada la dificultad geográfica que tiene la provincia de Salta, con departamentos que están a ambos márgenes de una cordillera, lo que produce una diferencia cultural gigante. Es decir, no está en discusión el hecho de contar con dos cámaras hoy.

Creo que el gobernador tiene hoy más posibilidades de contar con una representación total en Diputados y en Senadores. Creo que va a conseguir una amplia mayoría. En tanto y en cuanto Sáenz quedó más referenciado en el gobierno nacional y las demás partes que componían el resto del Frente de Todos son representaciones muy sectoriales. Quien quizá se quedó con una parte más importante de esa representación, el frente de Emiliano Estrada, tiene un esquema tan amplio, donde pueden estar los olmedistas, un camporista, los kircheristas del Partido para la Victoria, que creo que hace “ruido” en una parte de la sociedad. Y, además de todo esto, acá el mileisismo no existe; incluso más allá de que el hijo de Urtubey esté jugando ahí, hablando mal del padre.