Gustavo Melella parece encaminarse sin problemas a la reelección cuando este domingo 14 de mayo los y las fueguinas elijan gobernador y vice, diputados provinciales, intendentes y concejales en las tres ciudades de su provincia. En 2019 Melella agrupó en Concertación Fueguina a su partido FORJA, a distintos espacios del kirchnerismo, al importante gremio del Centro de Empleados de Comercio, a otros progresistas locales como el PSP (Partido Socialista Patagónico, que había conducido la provincia de la mano de Fabiana Ríos una vez alejada del ARI) y al Movimiento Popular Fueguino, que puso a la vicegobernadora, Mónica Urquiza. Con este armado le ganó la disputa a Roxana Bertone, que tuvo en Unidad Fueguina el sello del FdT provincial, el apoyo del PJ, el Partido de la Victoria, el Partido Intransigente y el Partido Verde, entre otros. A pesar de la división, Melella ganó en primera vuelta (Tierra del Fuego es el único distrito junto con CABA que tiene la instancia del ballotage). Este año, con todo el espacio unido tras su postulación, se espera que no tenga inconvenientes para continuar cuatro años más como Gobernador de la Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur.
A este armado se suman dos factores más. En primer lugar, Juntos por el Cambio presenta dos candidatos. El PRO lleva la candidatura de Héctor Stefani, diputado nacional por la provincia desde 2017, mientras que con el sello oficial de JxC queda Pablo Blanco, senador nacional desde 2019. Por su parte, Andrea Almirón, pastora evangélica de Republicanos Unidos (RU), se presenta como candidata de Milei en la provincia. A pesar del recibimiento que tuvo en su visita a Ushuaia, Milei no ha logrado, hasta ahora, transferir esa popularidad a ningún referente provincial. En segundo lugar, los tres intendentes que van por la renovación de su mandato en las tres ciudades fueguinas tienen un acuerdo electoral con el gobernador. Se trata de Walter Vuoto de Ushuaia (quien gracias a una reforma de su Carta Orgánica puede ir por un tercer período), Martín Pérez de Río Grande y Daniel Harrington de Tolhuin.
Finalmente, la composición de la Legislatura provincial es más difícil. Las quince bancas que conforman el recinto se ocupan por sistema proporcional D’Hondt a distrito único y con una característica única en el país: un sistema de tachas que permite a los electores tachar a aquellos candidatos que no sean de su agrado.
Sobre las expectativas no solo para este domingo, sino de cara a un nuevo mandato, conversamos con Federico Greve, legislador provincial y candidato para renovar su banca.
Para esta elección, Gustavo Melella amplió su alianza electoral. Si en 2019 su partido FORJA agrupó en Concertación Fueguina a distintos espacios del kirchnerismo y otros actores políticos y sindicales, esta vez cerró con todo el peronismo junto, incluso con quienes hace cuatro años fueron con Bertone. Esta vez no podrá apelar a las listas espejo, pero sí tiene algunas colectoras colgando. ¿Esto permite pensar en una victoria más contundente que en la elección anterior?
Nosotros entendemos que sí, que la victoria debería ser más contundente. Porque esta vez cuenta todo lo que ya se hizo desde el gobierno de la provincia. La gente lo conoce, cosa que no pasaba en la elección anterior, porque habíamos gobernado ocho años, pero en la ciudad de Río Grande. En aquel momento, la gente votó más por oposición a Bertone que porque quería a Melella. Nosotros entendemos que, ahora ya habiendo conocido su gestión, la elección debería ser más contundente. También en base a todos los acuerdos del peronismo que antes no existían.
Pensando en un nuevo mandato, ¿cuáles son los desafíos para esta nueva gestión del gobernador en la realidad social y económica que atraviesa hoy a la provincia?
Uno de los desafíos más importantes de la próxima gestión se centra en torno a la crisis habitacional local. Con el turismo y los alquileres temporarios, los alquileres de vivienda estable se vuelven muy elevados. En la ciudad de Ushuaia es muy complicado alquilar y tener una vivienda para una familia.
También, por otro lado, apostamos al desarrollo de cada una de las ciudades, con sus particularidades. La ciudad de Río Grande es bien industrial, entonces hay que ampliar y desarrollar todas las industrias que se puedan, siempre respecto de la matriz productiva de la provincia. Ushuaia es una ciudad mucho más turística, así que nuestro interés es el desarrollo del puerto y sus actividades turísticas y la recepción del turismo, por ejemplo, de crucero, que ha crecido mucho año tras año. En el caso de Tolhuin, es similar a la ciudad de Ushuaia. Tiene un turismo receptivo muy grande que es necesario ampliarlo y para eso se está haciendo infraestructura específica. Se están asfaltando caminos y se trabaja en su infraestructura turística, que hoy es un poco pobre y hay que mejorarla.
Tierra de Fuego es, junto a la Ciudad de Buenos Aires, el único distrito que tiene ballotage en el país. Sin embargo, en 2019 no fue necesario recurrir al ballotage para la definición y Melella ganó en primera vuelta cómodo. Con este armado electoral más grande, ¿se puede pensar que pasará lo mismo?
Claro, aumenta las posibilidades de que el gobernador gane en primera vuelta. Además, porque los tres intendentes en ejercicio tienen un acuerdo marco de un frente electoral. Todos trabajamos en el mismo acuerdo y los ejecutivos van todos a la renovación de los mandatos. Eso va a ayudar mucho a que el gobernador pueda ganar en primera vuelta.
Además, Juntos por el Cambio se partió en dos. El PRO, a pesar de los intensos esfuerzos, se cortó solo con Héctor Stefani, diputado nacional por la provincia desde 2017. mientras que el sello oficial de JxC lo lleva Pablo Blanco. ¿A qué se debe esta partición, teniendo en cuenta que bajan las chances de pelear por la gobernación?
Creo que lo que hicieron fue, primero, traer la grieta de Buenos Aires, el conflicto entre el PRO y el radicalismo en su máxima expresión. Esto no los ayudó a conjugar una fórmula de unidad para poder trabajar por la gobernación, no tuvieron la madurez necesaria para hacerlo. El punto definitivo es que tanto Tito Stefani como Pablo Blanco pretenden ser candidatos a senadores de la provincia en 2027. Por lo cual, lo que hicieron fue adelantar esa interna cuatro años.
El recibimiento a Javier Milei en Ushuaia llamó la atención, sobre todo pensando en su crecimiento en intención de votos nacionales, según las encuestas. ¿Qué impacto real puede tener para su candidata local, la pastora evangélica Andrea Almirón de Republicanos Unidos?
Milei, en un punto, me tiene sin cuidado, porque creo que la antipolítica no puede triunfar en la Argentina. El recibimiento a Milei en la provincia incluyó a mucha gente de la iglesia evangélica de la candidata de la que me preguntás, específicamente además de la ciudad de Ushuaia. Pero la realidad es que no es una expresión social realmente fuerte que demuestre que tiene algún lugar dentro de la provincia. De hecho, si uno escucha a la candidata de Republicanos Unidos, no puede sostener un hilo conductor entre lo que plantea Milei y la realidad de la provincia. Ya que, de hecho, él sostiene que hay que hacer desaparecer el régimen de promoción y, por lo tanto, la isla de Tierra del Fuego. No tiene lógica el planteo de Milei, ni el de su candidata a gobernadora. Por lo cual, me parece una propuesta muy poco seria para la provincia y creo que la sociedad lo va a entender así. El domingo veremos el resultado de la elección. Pero lo cierto es que, más allá de que sea un fenómeno social real en las grandes urbes, en el interior del país no va a ser de tal magnitud.
En cuanto a la Legislatura provincial, la elección es por sistema proporcional D’Hondt a distrito único, pero con un matiz único en el país, como es el sistema de tachas. ¿Cómo impactará esto de cara a esta nueva elección? ¿Cómo esperan que se conforme la Legislatura tras esta nueva elección?
Si bien el sistema D’Hondt no es el mejor sistema, es el mejor que tenemos para la elección. El sistema de tachas implica que el candidato que uno tacha pasa al final de la lista, y los otros candidatos suben. Pero el piso de las tachas se subió y ahora es el 50 por ciento. Por ejemplo, nosotros tuvimos 12 mil votos en la última elección, debieras tener 6 mil tachas para pasar a ser último en esa lista. Eso es poco probable, porque el nivel de tachas ronda, como mucho, el 10 por ciento, o máximo el 15. Es muy difícil que llegues al 50 por ciento para cambiar el orden.
En este esquema, entendemos que vamos a tener una composición mayoritaria. Esperamos contar con la mayor cantidad de legisladores posibles para el trabajo que necesita el gobernador. Porque precisa una cantidad de legisladores suficientes para crear las leyes necesarias para llevar adelante el gobierno. Está el caso del PJ que va por afuera, o el partido de Fadul, que es una referente de la ciudad de Ushuaia y puede hacer una buena elección; hay que ver si eso tiene algún tipo de efecto en la composición de la Legislatura. Después están los partidos tradicionales, como el radicalismo y el Movimiento Popular Fueguino, que son los que han compuesto la Cámara históricamente, y veremos si pasan los pisos que se necesitan (el 5 por ciento de los votos válidos emitidos) para poder entrar en el sistema D’Hondt.