Unión de los Neuquinos (UNE) es un partido político fundado en Neuquén en 2005, en el contexto de una reforma constitucional que propiciaba Jorge Sobisch y que generó una reacción de muchos sectores sociales, que decidieron participar para darle pelea al sobischismo en el seno de la misma convención constituyente. En esa convención, lograron el reconocimiento de la preexistencia de los pueblos originarios en Neuquén -en términos del artículo 94–, así como la incorporación de la política ambiental y el sostenimiento de banderas históricas de la constitución neuquina como la reforma agraria y la política minera. Desde allí, el recorrido de UNE incluye a Mariano Mansilla –uno de sus principales dirigentes– como diputado provincial y la participación en la gestión de la capital neuquina, recuperada del macrismo, a través del intendente del Movimiento Popular Neuquino (MPN), Mariano Gaido. Con esta trayectoria a cuestas, resolvieron, para esta elección provincial, acompañar la reelección de Gaido en la ciudad y la candidatura de Marcos Koopmann del MPN para la gobernación de la provincia.
Conversamos con Emmanuel Guagliardo, abogado y militante de UNE, acerca de los procesos que conforman su trayectoria y sus aportes a la gestión municipal, que acompañan esta lectura y decisión electoral de su fuerza política.
Como partido provincial, en UNE decidieron acompañar, en una colectora, la lista del candidato del MPN. ¿Qué los impulsó a tomar esa decisión?
Nosotros, el UNE, tenemos una alianza política con Gaido, intendente del MPN en la ciudad de Neuquén, y en la provincia decidimos respaldar a Koopmann con una lista colectora que lleva como referente, encabezando la lista de diputados, a Pancho Baggio, que es el subsecretario de Ambiente y Protección Ciudadana de la ciudad de Neuquén y también compañero nuestro de UNE. Nuestra idea es poder participar en el gobierno provincial en la próxima gestión e imprimirle la misma dinámica que al gobierno de la ciudad de Neuquén y hacer nuestro aporte. Para nosotros es importante e interesante esta posibilidad de gestionar sobre cuestiones vinculadas a energías renovables, aperturas de las costas de los ríos, lagos y lagunas, la posibilidad de una política provincial de loteos con servicios y la regularización de la tierra para los que la trabajan –una cuestión fundamental para nuestro espacio político–.
¿Cuáles son los ejes centrales que creés que UNE podría llevar, con esta experiencia de participación ya en la gestión municipal, a la gestión provincial?
En principio, es importante poder pensar e incidir alrededor de los recursos de Vaca Muerta que, en los próximos diez años, va a explotar, va a tener un boom de desarrollo. En esa discusión sobre el aumento de la actividad petrolera y gasífera no convencional entendemos que es central estar colaborando en su direccionamiento. Creemos que la renta petrolera hay que dirigirla a garantizar cuestiones de infraestructura básica en todos los municipios de la provincia. Por ejemplo, en el acceso a la tierra, para poder generar urbanizaciones sustentables en todos los municipios de la provincia, trazando un plan de trabajo que permita una sistematicidad de loteos con servicios. Donde el municipio se transforma en un desarrollador inmobiliario: adquiere la tierra –o, si son tierras fiscales nacionales o provinciales, las transfiere–, genera loteos e instala los servicios –gas, agua, red de cloacas– y hace un sistema de adjudicación mediante sorteos públicos para acceder a esos lotes. Creemos que esta es una forma de redefinir una política de vivienda que quedó obsoleta, aquella que entregaba viviendas terminadas, a veces con defectos, donde había una tasa de recupero muy baja que fue desfinanciando el sistema de construcción.
Por otro lado, proyectamos una política provincial para dotar a todos los municipios de una infraestructura mínima para la gestión de los residuos sólidos urbanos. Existen municipios del interior, en la cordillera, ciudades turísticas hermosas, donde tenemos problemas con la gestión de la basura.
Pero quizás la línea más importante para nosotros tiene que ver con la recuperación de la administración de las centrales hidroeléctricas que están emplazadas sobre los ríos Limay y Neuquén. Son las represas hidroeléctricas que se construyeron en los años sesenta y que en 1993 fueron concedidas al capital transnacional para su explotación por treinta años. Nosotros venimos planteando que, al momento de su vencimiento, Neuquén debe recuperar su administración, que se trata de una batalla por el federalismo. Así como Néstor Kirchner en 2006 les otorgó a las provincias productoras de petróleo el derecho de concesionar los yacimientos –la Ley Corta de Hidrocarburos–, nosotros planteamos la Ley Corta para la Hidroelectricidad. Que les pueda dar a las provincias una participación mayoritaria y determinante en la participación de estos cuerpos de agua, de los embalses, que son agua dulce, pero, además, la generación eléctrica de fuentes renovables.
¿Por qué ahora plantean esta estrategia? ¿Qué lectura hacen sobre las fuerzas políticas provinciales, en particular del MPN, para llegar a esta decisión?
Nosotros entendemos que el MPN está en un proceso de recambio generacional y dirigencial fuerte. Y en ese proceso consideramos que hubo una apertura hacia un espacio como el nuestro o como el que nosotros expresamos: un partido cuya razón de ser es la defensa de Neuquén, provincialista, federalista, progresista, de centroizquierda, que tiene banderas para el acceso a la vivienda y a la tierra para los productores, para los crianceros, la defensa de la renta petrolera, de la renta hidroeléctrica. Y cuestiones vinculadas con el ambiente, como las energías renovables, la comprensión y la adaptación de los efectos del cambio climático. Creemos que, en el gran campo que compone el MPN, en este proceso, aparecen lugares para dar estas discusiones.
¿Este proceso puede explicar también la ruptura del MPN y la presentación de Figueroa por afuera?
Rolando Figueroa es el residuo político del sobischismo. Yo creo que después del 4 de abril del 2007 se inaugura una nueva etapa en la política neuquina, con la pérdida de conducción política de Sobisch del MPN y, en consecuencia, del Estado neuquino. Hay un cambio de hegemonía en el partido, que recupera Jorge Augusto Sapag con el sector Azul. Después de lo que el fusilamiento y muerte de Carlos Fuentealba, un clamor popular de la sociedad neuquina planteó la necesidad de encarar de otra manera la discusión con los sectores sociales. El sobischismo estaba parado en la consigna de combatir la movilización popular y cualquier reclamo social, y en negociar con los sectores sociales con periodistas pagos como Carlos Eguía, que hoy es el candidato a gobernador de la fuerza de Milei. En ese momento, la alianza de Sobisch para la elección del 2007 fue Mauricio Macri.
A partir de entonces, cuando Sapag gana la elección provincial, se inaugura una etapa centrada en gobernar con paz social. Creo que es un concepto interesante si nos preguntamos cómo se desagrega la paz social, qué significa. En ese momento implicó empezar a reconocer como interlocutores válidos a sectores sociales que están organizados, que tienen representación sindical o social, y establecer mesas de negociación y diálogo. Eso desde hace dieciséis años que viene funcionando relativamente bien, y se ha expresado en la negociación con distintos actores, como los sindicatos de estatales, de docentes, con los pueblos originarios. Se ha reconocido la personalidad política de las organizaciones sociales para discutir las tensiones propias que hay en toda sociedad y que el Estado tiene que resolver.
De alguna manera, Mariano Gaido es un emergente de ese proceso, porque fue ministro de Trabajo y ministro de Gobierno de Sapag y de Gutiérrez. Y gana la intendencia llevando un modelo de gestión en la ciudad que, nosotros entendemos, es netamente peronista.
¿Cuáles son estas características del gobierno municipal de Gaido que ustedes destacan?
En estos últimos cuatro años, con pandemia, con crisis, ha generado una política de acceso a la tierra y a la vivienda que es de la más exitosa de todos los municipios. En una ciudad que tenía una crisis habitacional tremenda, ha entregado 8 mil lotes con servicios. A 48 asentamientos que no estaban regularizados, la gestión de Gaido los transformó en barrios, dotándolos de la seguridad jurídica, de servicios. Resolviendo el problema de la conexión con gas natural: la provincia más rica en gas y petróleo tenía problemas de acceso al gas natural por este problema de irregularidad dominial en la que se encontraban los asentamientos.
Se desarrolló el proyecto del Parque Público De Nevares. En la gestión anterior, el intendente macrista Horacio Quiroga establece un proceso de negociación con la gestión nacional para que sean transferidas a la ciudad las tierras de la Unidad Penitencia Nro. 9, en pleno centro de la ciudad, para hacer un emprendimiento inmobiliario con Caputo –que manejaba los bienes del Estado– que transformaba a ese espacio en las tierras más caras de la Patagonia. Gaido decidió dar de baja ese proyecto para desarrollar un parque público al que, además, le puso Jaime De Nevares como proceso de reparación en término de memoria, verdad y justicia.
Y lo más importante para nosotros es la reparación de todo el paseo costero del río Neuquén y del río Limay. En espacios que estuvieron casi toda la historia de la ciudad, privatizados, fuera del alcance de los vecinos y vecinas de la ciudad, hoy contamos con más de 20 kilómetros de paseo costero con mobiliario costero, infraestructura, accesibilidad, bicisendas. Para nosotros eso fue muy importante, ya que nuestro compañero Pancho Baggio –entre otras cosas, fundador del sindicato de guardavidas de Neuquén– es uno de los protagonistas centrales en ese proceso de recuperación del acceso al río. Él fue el artífice de liberación del espacio costero cuando, siendo concejal, cortó el alambrado del Rincón Club, un country que tenía cerrado el río Neuquén. Eso fue lo que permitió la política de Gaido de abrir el paseo costero en el río Limay y Neuquén. Hoy Pancho lleva adelante el operativo balneario de la ciudad de Neuquén, que es el más importante en escala de la Patagonia, ya que esa recuperación del espacio costero ha generado en la ciudad de Neuquén una revolución respecto al río. Los sectores populares, los sectores humildes de la ciudad, bajan desde la barda, desde los barrios del oeste, todos los fines de semana para disfrutar del río.
Entendemos, por todo esto, que hay un proceso que viene sucediendo con el MPN, que implica una mirada progresista, popularista, democrática, transgresora en algunas cosas como, por ejemplo, políticas de género que no había en la ciudad de Neuquén (ni siquiera un teléfono para llamar en caso de emergencia por violencia). En ese camino, desde nuestro espacio queremos profundizar y consolidar un espectro electoral de tinte progresista, popular, provincialista, federalista que pueda acompañar la gestión. Con una comprensión de lo que significa la tierra neuquina, con su riqueza de recursos, paisajística, con su gente, su tradición y su componente pluricultural de los pueblos originarios. Una neuquinidad que nosotros defendemos a muerte.