Nacido durante 1785 en lo que hoy conocemos como el norte argentino, Martín Miguel de Güemes –criollo de clase alta– luchó incansablemente por la liberación de la patria del dominio español, liderando ejércitos gauchos. Desde 1814 apoyó la misión militar de San Martín protegiendo la frontera norte de las tropas españolas que atacaban desde el Alto Perú, y fue el primer gobernador electo de Salta hasta su muerte en combate con los realistas durante 1821. En memoria de este criollo revolucionario, con gran escucha de la “elocuencia de los fogones populares”, con la valentía política y la audacia militar que el proceso de nuestra independencia demandaba, los argentinos conmemoramos otro aniversario de esa entrega en el campo de batalla este jueves 17 de junio cuando se cumplen doscientos años de su muerte.

Gabriel Di Meglio

Desde Sangrre quisimos ser parte de este homenaje conversando sobre los significados históricos de su liderazgo militar, político y social en la constitución de nuestro país. Para ello dialogamos con el director del Museo Histórico Nacional, Gabriel Di Meglio –profesor, licenciado y doctor en historia por la Universidad de Buenos Aires–, que integra también el Instituto Ravignani de Historia como investigador y es profesor adjunto de historia rioplatense virreinal y del siglo XIX en las carreras de historia de la UBA y la UNSAM.

A partir de tu interés por la participación política popular en la primera mitad del siglo XIX, ¿cuál es la importancia de Güemes en el proceso de la independencia nacional y latinoamericana?

La importancia de Güemes en el período de la independencia es muy grande. Obviamente, siempre hay que remarcarlo, su figura no es nacional, porque no existía aún la Nación Argentina; sí fue una figura central en el virreinato del Río de la Plata y, de hecho, la zona en la que se destacó militarmente se convirtió, por la fuerza de las armas, en el límite posterior entre Argentina y Bolivia.

Lo que sucede con Güemes es que, si bien es un jefe militar destacado como tantos otros, tuvo una triple faceta que lo hace muy remarcable: fue un jefe militar exitoso en la guerra de guerrillas; como líder político fue el primer gobernador de Salta elegido por los salteños; y, en tercer lugar, fue un héroe popular, ya que el proyecto político que encabezó enfrentó muchos elementos del orden social tradicional contemplando varios de los reclamos de sus seguidores, que eran segregados por cuestiones sociales y raciales. Todo ello le otorgó a Güemes una característica muy peculiar.

¿En qué sentido estas cualidades que destacás en Güemes tienen que ver con el compromiso de los gauchos en lo que se desarrolló como “guerra gaucha”, y su participación tan importante como milicias no solo durante sino incluso después de la independencia americana?

Güemes fue un líder muy popular, es decir, con mucho carisma. Pero, sobre todo, lo que tuvo fue esa capacidad de dar cuenta de varios intereses de las clases populares. Concretamente, de reclamos que iban más allá del orden político y se ubicaban en el orden social y racial en una zona tan desigual como eran Salta y Jujuy. De hecho, no es que Güemes empieza el levantamiento gaucho. El levantamiento de 1814 del cual él sale como jefe no es iniciado por su acción, sino que en realidad comienza antes de su aparición y luego termina liderándolo. Güemes en ese momento tenía una trayectoria militar, era jefe de la vanguardia del Ejército –un papel secundario, si se quiere–, y se convierte en una figura principal de la política cuando se pone al frente de este levantamiento que empieza contra los realistas en el valle de Lerma –el valle que rodea a Salta–, durante 1814.

Desde tu campo de investigación, la historia, ¿existen aún, a dos siglos de su muerte, hechos o acontecimientos producidos alrededor de Martín Miguel de Güemes que aún necesitan ser visibilizados para aportar a la idea de federalismo e independencia?

Creo que, en términos de visibilización, todavía queda por resaltar precisamente este carácter popular de Güemes. Durante el siglo XIX, para buena parte de la elite de Salta y de Jujuy, Martín Miguel de Güemes era mala palabra, porque lo acusaban de demagogo, de haber promovido un desorden social, de atacar la propiedad privada, etc. Después esa figura comenzó a ser leída como un héroe local, e incluso con perspectiva nacional, de hecho tiene monumentos en distintos lugares del país. Ahora, en ese reconocimiento se ha ensalzado más su rol como jefe militar –que fue fundamental, sin duda, para lograr el proyecto de San Martín de cruzar los Andes; es decir, alguien tenía que frenar a los realistas del Alto Perú para que la expedición a los Andes fuera posible, y Güemes lo hizo muy eficazmente a través de la guerra de guerrillas. Pero lo que no se llega aún a visibilizar plenamente, o quedó un poco desdibujado en la historia, es el lado social y popular de su figura. No por el lado de los historiadores que lo han trabajado, sino porque a nivel general ese aspecto no se recuerda tanto.

El hecho de que Güemes les haya dado a sus seguidores el fuero militar, que significaba que no serían juzgados por la justicia ordinaria sino por sus oficiales, es un dato. Por ejemplo, durante la guerra de guerrillas, cuando entraban a una estancia y decían que los estancieros no luchaban como ellos, ejercían el derecho de tomar las vacas y llevárselas en nombre de la Patria. Esos hechos le propinaron a Güemes mucho odio de parte de los estancieros, que eran además de su propia clase social: él era de la elite salteña. En ese mismo sentido, Güemes les dio a sus seguidores la posibilidad de no pagar el arriendo mientras estuvieran luchando: así, durante mucho tiempo, dejaron de pagar el alquiler de la tierra, lo que también generó resquemor entre muchos propietarios salteños y jujeños que lo detestaban. Ese es el lado que quizás se ha olvidado más de Güemes, y que es fundamental, el lado más ligado a la parte social de la revolución.

Por último, creo que no hay que confundirse con el tema del federalismo. Güemes no fue un líder federal, no estuvo en el bando federal. Sí garantizó la autonomía de Salta, lo que es un antecedente importante del federalismo, porque fue el primer gobernador que rompe con el hecho de que los representantes de la gobernación intendencia –que era Salta incluida Jujuy– eran elegidos desde España hasta 1810 y desde Buenos Aires de 1810 hasta 1815 como capital centralista. Güemes es el primer gobernador electo en una elección local, pero no propone un modelo federal. Rápidamente, después del Congreso de Tucumán se alía con el director supremo supercentralista que es Juan martín de Pueyrredón, que además era su amigo, y siempre va a mantener una muy buena relación con ese orden.

Güemes logró un equilibrio en mantener la autonomía salteña, pero sin romper con el sistema centralista. No es, claramente, como Artigas. De hecho, en Salta había otros federales que tuvieron en un momento buena relación y en otro momento mala relación, como es el caso de Moldes, que respondía más a la línea Artigas. Decir que Güemes fue un federal no estaría bien.

Desde la Dirección del Museo Histórico Nacional, ¿cuál es el reconocimiento a Güemes en términos historiográficos en esta particular coyuntura global?

Güemes es una figura de enorme peso para entender la independencia de lo que terminó siendo este país. El año 1820 es un momento de gran cambio para la revolución, ya que se desmorona el poder central que estaba en Buenos Aires, vencido por los artiguistas. A la vez, la Liga artiguista también se deshace por los ataques de los portugueses desde Brasil. Entonces quedan solo provincias sin ninguna organización entre ellas, entre las que se encuentra Salta, que aún tiene la guerra por la independencia encima. Mientras San Martín –que había triunfado en Chile– está desembarcando en Perú para empezar la última etapa de la guerra de independencia, en el Alto Perú siguen los realistas y la lucha en la frontera no para. En 1821 hay una partida realista que entra hasta Salta y Güemes sale a combatirla, donde es herido de un balazo. Poco después muere, y los 200 años de su desaparición es lo que conmemoramos este 17 de junio. Desde el Museo Histórico Nacional inauguramos una muestra virtual que se puede visitar en el sitio web https://museohistoriconacional.cultura.gob.ar. Allí queda explícito este rescate de Güemes como líder revolucionario y estas tres facetas en las que se destacó –lo cual no es habitual– como líder político, como líder militar y como líder popular.