Santa Fe vota el próximo domingo en un escenario que se vislumbra de disputa voto a voto entre Antonio Bonfatti –del oficialista Frente Progresista Cívico y Social– y el senador Omar Perotti –del Frente Juntos que articula el peronismo–. Aunque Bonfatti fue el candidato más votado en las PASO del 28 de abril, quedó más de diez puntos debajo de la interna peronista que protagonizaron Bielsa y Perotti. Si el senador consigue que no se dispersen demasiado los votos de quienes habían optado por Bielsa en esa instancia, el peronismo volverá a gobernar la provincia después de doce años de gestión socialista. Para el gobierno nacional, Santa Fe marcó un fuerte retroceso de cara a las elecciones presidenciales, sobre todo por el caudal electoral de la provincia. En los últimos ocho años, el PRO había logrado posicionarse como la segunda fuerza política provincial. Hoy el radical José Corral, que se postula por Cambiemos, quedó tercero lejos de las dos fórmulas que pelean por ganar el domingo.

En Rosario, tras treinta años de mandato del socialismo en la ciudad, el radical Pablo Javkin ganó la interna del Frente Progresista Cívico y Social. Peleará la conducción de la tercera ciudad del país con Roberto Sukerman, el candidato peronista que, sin disputar internas, fue el más votado con el 22 por ciento.

Eduardo Toniolli

Sobre los desafíos de este presente político del peronismo en Santa Fe y en Rosario, conversamos con Eduardo Toniolli, militante del Movimiento Evita, secretario general del PJ de Rosario, concejal en esa ciudad por el peronismo desde hace más de tres años y en búsqueda de su reelección este domingo.

En las elecciones en las provincias hasta ahora parecería haber una tendencia a que los oficialismos ganen. ¿Por qué creés que en Santa Fe, al contrario, podría perder el Frente Progresista y ganar el peronismo?

Más allá de cómo termine el resultado, está claro que hay un peronismo en la provincia de Santa Fe en crecimiento y con grandes chances de ganar el domingo. Eso tiene que ver, primero, con un factor central: el grado de unidad que ha logrado el peronismo. El Frente Juntos está integrado por catorce partidos: el Partido Justicialista y trece fuerzas más, que van desde el Frente Renovador hasta partidos de izquierda. Eso para nosotros es un gran laboratorio que puede, de alguna menara, ser un antecedente para las elecciones nacionales. En este sentido, deberá tomarse nota de lo que viene haciendo el peronismo desde hace varios años en la provincia de Santa Fe.

En segundo lugar, la otra cuestión importante para tener en cuenta en los resultados de la elección del domingo es que indudablemente el PRO, salga como salga el resultado, va a ser tercero cómodo. Tiene una brutal caída en su intención de voto en los últimos años, considerando que en 2017 ganó las elecciones a diputados nacionales con una lista que encabezaba un ilustre desconocido, Albor Cantard; o sea, ganó con el sello, con la escudería.

En tercer lugar, el Frente Progresista viene siendo muy cuestionado, fundamentalmente por deficiencias de gestión. Por ejemplo, en lo que tiene que ver con la seguridad pública, hoy la ciudad de Rosario tiene una tasa de homicidios que está tres veces por encima de la media nacional. Por otro lado, tiene una imposibilidad de al menos esbozar políticas contracíclicas frente a las políticas económicas nacionales tan desfavorables para la provincia. Aparece sin capacidad de reacción ni de generar algunas alternativas que paren esas sangrías. El golpe que han generado las políticas nacionales en la provincia de Santa Fe tiene, por supuesto, como responsable al gobierno de Macri; pero hay una mirada que el Frente Progresista ha tenido, históricamente, de cierto desdén sobre las posibilidades de un Estado local o provincial para actuar en materia económica, en materia laboral, en materia productiva.

Lo que marcás que ocurre con el voto del PRO, entonces, ¿creés que es por la situación económica producto de las políticas nacionales que golpea a la provincia, y no con su armado provincial?

Sí, por supuesto. Rosario es el caso más paradigmático. En la elección de hace dos años a concejales había arrasado en toda la ciudad y hoy también está tercero cómodo. Macri tiene solo un 18 por ciento de imagen positiva. No recuerdo, salvo De la Rúa, un presidente que haya perdido tan rápidamente crédito y adhesión popular.

Omar Perotti, Lucila De Ponti y Eduardo Toniolli

Como concejal de la ciudad de Rosario y candidato a renovar tu banca, ¿cuáles deberían ser algunas de las políticas o líneas de trabajo que se tendrían que impulsar para atender los problemas principales que tiene hoy la ciudad?

Básicamente nosotros creemos que hay que recuperar una perspectiva de ciudad industrial, de ciudad productiva. Rosario supo serlo, pero con el tiempo ha ido perdiendo este perfil productivo y esto tiene que ver, por supuesto, en parte con políticas nacionales que han golpeado muy duro a Rosario, pero también con el hecho de que, cuando se dieron etapas de recuperación, como la del 2003 al 2015, no supo o no quiso aprovecharse ese impulso y se estancó.

Otra de las deudas enormes de los últimos treinta años de gestión del Frente Progresista en la ciudad es el transporte público. Rosario es la segunda o tercera ciudad del país y tiene enormes problemas para la movilidad de su gente y para la movilidad de la región metropolitana. Nosotros creemos que hay que avanzar hacia un modelo de transporte multimodal que recupere el transporte de colectivos, que está teniendo grandes déficits en materia de frecuencia, en materia de servicio nocturno, de accesibilidad en algunos barrios. Pero también que recupere los trenes metropolitanos de pasajeros que supo tener hace cuarenta y dos años y que fueron cerrados por la última dictadura cívico-militar y nunca fueron recuperados.

Y la tercera cuestión es la seguridad pública. Si bien no es de estricta incumbencia o competencia del municipio, debe ser una ocupación de los líderes políticos de la ciudad. Lo que ha fallado aquí es un involucramiento más fuerte del municipio en la materia. Ya que siempre descansó –sea para echar responsabilidades o para buscar ayuda– en otros niveles del Estado, pero poco ha pensado, teorizado y accionado en la materia.

Una de las incógnitas centrales será si el peronismo podrá sostener a través de Perotti los votos acumulados por Bielsa y ganar la elección provincial. Luego del anunció la fórmula Fernández-Fernández, bajo una idea de unidad, de abrir un paraguas más grande a partir del peronismo, ¿creés que eso ayude a contener los votos y que aquellos que votaron por Bielsa en las PASO voten por Perotti? Sobre todo, por la importancia que tiene para el peronismo ganar una provincia con el peso de Santa Fe y una ciudad con el peso de Rosario.

Creo que ese factor va a ser muy importante. Hay una percepción por parte de la población de que esto es una elección en la que no se definen solo los cargos locales, sino que hay un proceso de nacionalización y que, por lo tanto, el resultado de esta elección introducirá lecturas en torno de la elección nacional. Y evidentemente eso hace que, de los votos que abrevan en el peronismo –hayan sido para uno u otro candidato, todos aquellos que votaron al peronismo en las PASO–, la gran mayoría se van a retener por dos razones. Primero por la nacionalización de la elección. Por lo que pueda significar para el peronismo, pero también porque el candidato del socialismo aclaró que, si hay un ballotage entre el peronismo y Cambiemos, van a votar de nuevo en blanco. Evidentemente eso hace que quien tiene una mirada antimacrista o de rechazo a la política del gobierno nacional no pueda avalar este tipo de declaraciones. Y, por otro lado, porque María Eugenia Bielsa viene trabajando junto a Omar Perotti desde el mismo día que terminaron las PASO y –lo más importante– los sectores que acompañaron la candidatura de Bielsa e integraban su espacio también están trabajando en este sentido. Por todo esto, no tengo dudas de que el domingo las posibilidades de triunfar del peronismo son altas.