Las primarias del domingo próximo en Mendoza cobran importancia centralmente porque se medirá la verdadera correlación de fuerzas entre y al interior de los dos frentes que disputan la gobernación de la provincia: el actual oficialismo provincial, “Cambia Mendoza”, y el opositor “Elegí” (PJ), que representa al peronismo en la provincia. Sobre el mapa de las fuerzas que se mueven en la provincia cuyana y sus diferentes estrategias, charlamos con Lucas Ilardo, Presidente del Bloque de Diputados de Unidad Ciudadana y candidato a Senador Provincial por esta fuerza.
¿Cuál es, a tu entender, la proyección del frente peronista y su estrategia para acortar la distancia respecto del candidato Rodolfo Suarez, actual intendente de Mendoza Capital y posiblemente ganador de las PASO con el apoyo del actual gobernador Cornejo?
Las elecciones son el 9 de junio y, a partir de las proyecciones que tenemos hoy, uno no puede hacer sumatorias automáticas, pero los dos candidatos del frente que expresa al peronismo tienen 34, 35 puntos en varias encuestas. Si se hace la sumatoria del candidato oficial de Cornejo, Rodolfo “Rody” Suárez, y de Omar De Marchi –que es quien lo enfrenta en la interna, más cercano a Macri–, en total puede andar en los 43, 44 puntos. Ese es un número muy interesante, que nos pone al peronismo muy competitivo si se hacen las cosas bien.
En general, hemos tenido unas PASO sin agresiones, bastante tranquilas, y tenemos expectativas de poder consolidar ese voto. La verdad hoy el peronismo muestra competitividad, algo que hace unos meses no se veía así.
Dentro del frente peronista se presentarán dos listas –la de Alejandro Bermejo y la de Anabel Fernández Sagasti–, ambas, según las encuestas, empatadas en un 17 por ciento de intención de voto cada una. ¿Cuáles fueron las razones por las que no llegaron a un cierre en conjunto para enfrentar al oficialismo? ¿Qué particularidad tiene cada uno de los candidatos peronistas y sus armados para competir y consagrarse ganador en las elecciones de primer término?
Creo que se puede lograr una síntesis, de hecho, estamos trabajando para que eso suceda. Acerca de las fortalezas de cada candidato, Bermejo ha sido intendente de un departamento del gran Mendoza, Maipú. Mendoza tiene dieciocho departamentos, de esos hay cinco que tienen intendentes del PJ; de ellos, menos Bermejo los otros cuatro desdoblaron la elección, fueron antes, con lo cual en esos departamentos las PASO municipales ya sucedieron, ratificaron las candidaturas y fueron a su reelección, esa es una clara fortaleza cuando hablamos de la fuerza territorial de Bermejo. Anabel, en sus recorridas departamentales, fue reconstruyendo el armado de los dieciocho candidatos a intendente –catorce en realidad, porque estaban los cuatro que ya se habían votado– y recabando qué pasaba, midiendo opiniones de la gente. En líneas generales, se apostó a candidatos jóvenes, que no tenían antecedentes de haber participado en elecciones anteriores en esos cargos. En otros lugares hubo dirigentes históricos, con gran reconocimiento de la gente que pedía que se presentaran, y así fue que se cerraron por ejemplo Las Heras, Malargüe y Guaymallén. Una síntesis entre experiencia y una nueva generación de dirigentes, consolidada en la idea de bancar a CFK.
Un alineamiento muy claro y contundente en relación con Alberto y Cristina, de parte de Anabel. Una posición sustentada en el poder de los intendentes históricos, más cerrada a lo provincial, sin explicar claramente con quién jugar a nivel nacional, del lado de Bermejo. Ese es hoy el diferencial.
Una vez definido el candidato del peronismo luego de las PASO, ¿creés que cualquiera de los dos candidatos del peronismo que resulte ganador tiene la capacidad de unificar tras de sí a los votos del otro?
Entiendo que va a haber un reposicionamiento de cara a la elección general. Nosotros, desde nuestro espacio interno de Unidad Ciudadana, entendimos que son dos elecciones distintas. La primera tiene que ver con consolidar el voto peronista. Entonces, lo que hicimos fue hablarle a ese votante, un votante que es del núcleo más duro, que está en las antípodas del macrismo y aún del cornejismo, y que tiene su esperanza en la construcción de un proyecto nacional. Aparte, el votante peronista no se referencia desde lo provincial, el peronismo no es una suma de partidos provinciales, es un movimiento nacional. Entonces, en ese punto no coincidimos con los compañeros del otro sector, que piensan que provincializar la elección era algo factible. Para nosotros no, y de hecho lo que fue pasando es eso: hay mucho movimiento nacional que opaca, de alguna manera, la definición provincial. Y después, cuando hay temas centrales, cuando preguntás en encuestas cuáles son los principales temas que afectan a la gente, todos contestan que son la economía, la inflación; es decir, todos resortes que, en general, los gobernadores no pueden manejar.
Así es que, para nosotros, son dos elecciones. En esta primera elección, estamos concentrados en ese votante, que podés ponerlo en términos de un tercio del electorado, puede ser un poco más, ojalá. Pero le hablamos a ese sector. Y para la posterior, después del 9, viene otra campaña, que se centra en ver quién quedó parado en las PASO del oficialismo, si el candidato de Cornejo o el otro –la lógica indica que sería el candidato de Cornejo– y los otros jugadores que van a quedar en la cancha. Y en función de eso, entonces, fortalecer la segunda estrategia, que es tener una mirada estratégica de Mendoza, pero inserta en un proyecto nacional. Porque no hay chances de que se pueda gobernar esta provincia aislado del conjunto. Mendoza tiene debilidades hoy endémicas en materia económica que no dan la posibilidad de mantener niveles de autonomía.
Las encuestas muestran además una intención de voto del 8 por ciento para José Luis Ramón, que va con partido propio. ¿Cuál es la estrategia del peronismo para seducir en las generales a ese voto del desencantado?
Históricamente, Mendoza tuvo tres fuerzas políticas, siempre: estaba el peronismo, el radicalismo, y una fuerza que eran los demócratas, que después se fueron desdibujando. Cornejo hizo una gran alianza opositora en su momento y metió adentro a los demócratas, a todos los partidos. Y como siempre hay una tendencia de volver a esa tercera fuerza, se produjo Ramón como un emergente de eso. Nosotros creemos que Ramón en las PASO va a tener menores niveles de voto pero que después, en la general, va a mejorar porque hay votos de los que pierdan en las PASO, más que nada del oficialismo, que posiblemente terminen ahí.
Ideológicamente, y por origen de participación política, el de Ramón es el voto del radicalismo. Entonces, para nosotros hubo una confusión: la de intentar atraer a Ramón al PJ, porque era una situación que no iba a terminar cuajando. Tampoco los dirigentes van de un lado al otro y se llevan a sus votantes; los votantes eligen en muchos casos para sentar determinadas posiciones, y si sienten que esas posiciones se pierden, no necesariamente acompañan.
Creemos que puede haber un crecimiento de la tercera fuerza; nosotros vamos a apostar en la segunda etapa a que ese crecimiento sea a costa de los votantes desencantados de Cambiemos. Nos parece que el peronismo, generando lo que está generando a nivel nacional, con un nivel de apertura importante y siendo competitivo en la provincia, tiene más posibilidad de retener el voto propio. Si logramos explicarles a los mendocinos que Mendoza no puede quedar aislada de todo, puede ser un punto importante. Ramón ha intentado algún discurso cercano a Lavagna, pero no está claro cuál va a ser su articulación nacional. Desde el 11 de agosto, que van a ser las PASO nacionales, ya van a estar los candidatos definitivos de Mendoza electos y deberán articular con los candidatos nacionales que van a venir en campaña; no van a poder estar escondiéndose.
Uno de los factores de las derrotas de Cambiemos en varias de las elecciones primarias y generales que ya se han dado en otras provincias fue el arrastre hacia debajo de Macri y la situación económica nacional. ¿Cómo impacta esto en las elecciones provinciales de Mendoza?
Para nosotros va a impactar mucho. De hecho, todas las operaciones que ha hecho Cornejo a nivel nacional, tratando de diferenciarse, pedir ampliación de Cambiemos, plantear la hipótesis de llegar a unas PASO, todo eso es para tratar de despegarse de la imagen de Macri, que en Mendoza en general es baja y que ha ido bajando de una manera significativa.
La situación económica es mala. La gran discusión acá es que provincializar una elección, como se hizo o se intenta hacer, en lo discursivo no tiene mucho sentido porque la agenda es, prioritariamente, la economía; los otros temas aparecen mucho más atrás. Pretender que la gente distinga entre los roles del gobernador y el presidente a la hora de la solución de sus inconvenientes es bastante limitado. Entonces, estamos convencidos de que el impacto de Macri, de la política económica del macrismo, ha sido muy fuerte; y, de hecho, creemos que si esto se sigue agudizando nosotros vamos a tener muchas chances, quien gane la interna, de liderar el proceso que viene para poner a Mendoza en el marco del proceso nacional alternativo que se abre. Es muy difícil explicarle a los mendocinos cómo vamos a tener una gobernación aislada de este contexto nacional, con un fuerte nivel de endeudamiento, porque la provincia ha replicado el modelo nacional: está fuertemente endeudada. Emprolijada en los gastos cotidianos hasta este año, pero el año que viene hay que empezar a pagar deuda, porque lo que se paga hoy se hace con dinero tomado a crédito. Todo esto, creemos, va a impactar muchísimo y va a obligar a que demos un debate con una mirada más estratégica de la provincia en el marco del proyecto de la Argentina que viene.