Mi amigo, el escritor Federico Firpo Bodner, escribió hace un par de semanas en su blog: “Todo el puto planeta dado vuelta”. Me parece una definición precisa del estado actual de la humanidad. El azoramiento del rumbo es lógico, las noticias no ayudan y la proliferación de líderes mesiánicos, tampoco. “Me cuesta entender –continúa– si hablamos de una catástrofe natural o de un apocalipsis premeditado, pensado y anunciado con anticipación, vendido por Amazon, empaquetado con moño y entregado por UPS”.
Decididamente, es a lo que está enfocado Donald Trump: romper todo, dar vuelta el mundo o simplemente deshacerlo, pero no para hacerlo de nuevo. “The Donroe Doctrine”, original tapa del 8 de enero de 2025 del New York Post, muestra ese deseo de edificar un nuevo corolario de la Doctrina Monroe. En apenas un par de meses de mandato, el Presidente de los Estados Unidos mostró sus cartas: amenazas de anexamiento o invasión, guerra comercial, aranceles para todos, multilateralismo herido de muerte, diplomacia de gendarme, persecuciones y deportaciones en masa. Es la extrema derecha 2.0.
Make America Great Again (MAGA), el eslogan que identifica a Trump, cabalga sobre el imaginario de grandeza que marcó la gran expansión de los Estados Unidos de raza blanca a partir del siglo XIX. El oligarca de los bienes raíces es un fiel exponente del llamado “Destino Manifiesto”, figura mística que nació en 1845 para justificar los apetitos imperiales. Como dijo su creador, el aventurero ultra religioso John O’ Sullivan: “El cumplimiento de nuestro destino manifiesto es extendernos por todo el continente que nos ha sido asignado por la Providencia, para el desarrollo del gran experimento de libertad y autogobierno. Es un derecho como el que tiene un árbol de obtener el aire y la tierra necesarios para el desarrollo pleno de sus capacidades y el crecimiento que tiene como destino”.
Todo en Trump exuda Doctrina Monroe y Destino Manifiesto, de ahí las declaraciones intimidantes y coercitivas hacia Groenlandia, Panamá, México y Canadá. Estos ataques no fueron producto de la mente afiebrada de un multimillonario jugando a ser presidente, sino que forman parte de su estrategia: primero ofender y humillar, blandiendo hasta la amenaza militar que habilita ser la primera potencia del mundo, para luego negociar y obtener el mejor botín para esa corporación llamada Estados Unidos de América.
Divide et impera, la divisa de los romanos, configura la política internacional de Trump, buscando quebrar cualquier bloque de poder que pueda perturbar su hegemonía. El único objetivo es China y cómo contener su influencia global. Nada más.
Pero el mundo no es solo Trump o Estados Unidos. Por eso, nuestro editorial de SANGRRE versión 2025 manifiesta: “Hace un año el mercado ha llegado a gobernarnos. Necesita de poderes absolutos para esclavizar grandes cantidades de poblaciones. No le importa si debe acudir a cualquier fuerza para destruir el viejo orden social, al punto de operar en clave de guerra. No hay derecha “democrática” por fuera de esa lógica de acumulación. No hay organización y distribución de fuerzas potenciales por fuera de esa receta totalitaria, excepto la de quienes la resisten, y es lo que vivimos estos días. La única novedad en este campo de batalla fue, es y será esa resistencia. En esta coyuntura, el cuerpo y la sangre –que hierve y se congela, fluye, merma– son un milagro tan independiente como vanguardia de los aparatos. En el año del desierto, los que bajaron del cielo y comprendieron de manera particular el pulso social, resisten. Se juntan, trabajan, colaboran. Piensan, no repiten. No esperan el llamado de nada ni nadie, son y están. Para ellos, escribimos y pensamos”.
Crecemos y encaramos nuestro noveno año expandiendo fronteras: seguir mirando de frente Nuestra América, pero ampliando el radio. Por eso, a nuestro equipo de Internacionales se suman dos plumas excelsas:
Omer Freixa (https://x.com/OmerFreixa), historiador (UBA) africanista argentino, docente y escritor, magíster en Diversidad Cultural con especialización en estudios afroamericanos (UNTREF), nos va a traer las noticias de ese continente injustamente olvidado: “África es pasado, presente y futuro. Es la cuna de la humanidad, el sitio en el cual comenzó el desarrollo de nuestra especie y tiene un potencial en recursos sorprendente que pasa desapercibido pero que, sin embargo, provoca grandes penurias a las poblaciones locales. Sin parte de esas riquezas mineras, sería difícil sostener varios de los usos tecnológicos como, por ejemplo, el empleo de teléfonos móviles. En materia de porvenir, si actualmente África tiene alrededor de 1.500 millones de habitantes, para el 2100 duplicaría es cifra, convirtiéndose en la zona más poblada del mundo. Es decir, dos de cada cinco personas del planeta serían africanas. Solo Nigeria, a comienzos del siglo próximo, albergaría más población que Europa entera”.
Leandro Albani (https://www.instagram.com/leandroalbani_/), periodista argentino que ha realizado múltiples coberturas por el mundo y ha escrito cuatro libros sobre el Kurdistán, nos llevará a Medio Oriente: “Cuna de civilizaciones, imperios y una multiplicidad de pueblos y religiones, es siempre una región en disputa por parte de las principales potencias internacionales. A los diversos recursos naturales, como el agua dulce, la tierra fértil, el petróleo, el gas y los minerales, hay que sumar que esa zona alberga las culturas que moldearon a buena parte de la humanidad. El saqueo de esos recursos, como la destrucción de ese amplio bagaje cultural, siempre es blanco de las fuerzas del capitalismo. Hasta estos días, los pueblos de Medio Oriente encabezan una resistencia ante los intentos de borrar sus historias, costumbres y saberes ancestrales”.
El mundo no solo es Elon Musk, el hombre más rico del mundo, haciendo el saludo nazi como parte de su batalla cultural, apoyando a cuanta formación fascista exista en el planeta y blanqueando odios a diestra y diestra. Desde SANGRRE entendemos que no hay futuro sin resistencia en el presente y que no hay espacio para la humanidad sin derecho a resistir. ¡Ahí vamos!