El peronismo pampeano busca ratificar su histórica performance electoral –no perdió nunca en elecciones ejecutivas– cuando el gobernador Sergio Ziliotto vaya por su reelección. Ziliotto representa la renovación del PJ provincial, tiene una buena imagen en cuanto a su gestión, se lleva bien con la Casa Rosada y tiene a todas las líneas internas –que son varias– con los pies adentro; por lo que, se supone, podrá imponerse en las elecciones del domingo. La oposición de La Pampa, de todas formas, sueña con un batacazo, basado en los resultados de la elección de 2021 (el peronismo solo había perdida una vez en elecciones legislativas nacionales durante el alfonsinismo), una elección peleada en Santa Rosa (en la que la oposición apuesta, además, al corte de boleta) y una solidez electoral en varios municipios importantes de la provincia.

El electorado pampeano, chico –es el tercer distrito más pequeño del país, con casi 300.000 electores– pero muy participativo –solo en las elecciones provinciales de 2003 y 2019 rompió el piso del 80% que lo caracteriza–, concurrirá también a elegir este domingo a sus representantes para la Legislatura provincial, órgano unicameral, con integrantes que se eligen a distrito único con fórmula proporcional D’Hondt y con un piso del 3% para acceder al reparto, y el cual se renueva en su totalidad. Además, votarán cargos ejecutivos y legislativos en 61 localidades, 19 comisiones de fomento y jueces de paz de 65 localidades.

Le preguntamos a Juan Pablo Gavazza –periodista de la comunitaria Radio Kermés y el portal cooperativo www.radiokermes.com– cómo llegan las fuerzas políticas provinciales al desafío electoral, y acerca de las políticas públicas, las acciones valoradas, las pendientes y los desafíos de cara a una nueva gestión provincial.

La Pampa siempre ha tenido liderazgos peronistas provinciales fuertes y generalmente alineados con el gobierno nacional. Ziliotto va en este sentido, aparece como la renovación del PJ pampeano, tiene buena relación con la Casa Rosada y mantiene todas las líneas internas en una sola lista. Con este cuadro, ¿se espera que no haya problemas para su relección? ¿Cuáles son las “cartas” de la oposición, en este sentido, para tener chances este domingo?

Lo lógico sería que Ziliotto sea reelecto sin problemas. Las encuestas que se conocen le dan una ventaja amplia, de más de diez puntos claramente. Por otra parte, más allá de eso, en la historia de La Pampa el peronismo está “invicto”, no perdió nunca una elección para un cargo ejecutivo. Fueron diez elecciones. Lo habitual –y no debería haber muchas modificaciones– es que el peronismo saque el 45 por ciento de los votos, a veces puede ser un poco más. Y la oposición ha tenido un techo del 40, con un piso de menos del 35 por ciento. Eso se ha repetido más o menos de manera sistemática en las elecciones pampeanas, con subas y bajas circunstanciales, pero sin salirse mucho de esos límites.

La oposición, de todos modos, cifró esperanzas de ganar, o las puede tener ahora, por tres razones fundamentales. La primera, las elecciones legislativas de 2021, que fueron históricas, porque en legislativas nacionales el peronismo pampeano perdió solo dos veces en su historia, una en la etapa alfonsinista y en estas de 2021. El segundo punto es la mala visión del gobierno nacional, que no difiere mucho de lo que pasa en el resto del país. El gobierno provincial ha intentado diferenciarse, despegarse, y en algún sentido lo ha hecho, la población en un punto entiende que son responsabilidades diferentes; pero la oposición local juega con la inflación, el bajo poder adquisitivo y la falta de respuesta económica también tiene que ver con el gobierno provincial. Y el tercer punto que quizá puede fortalecer a la oposición es que gobierna algunas municipalidades importantes –por población– donde es favorita: General Acha, Eduardo Castex, Victorica, Guatraché, y aspira a ganar en Intendente Alvear, localidad que todavía gobierna el peronismo. Además, en la capital provincial se prevé que pueda ser una elección pareja.

El gobernador Ziliotto llega además a la elección con una imagen positiva sobre la gestión. ¿Cuáles son las principales acciones valoradas en este sentido del gobierno provincial?

Ziliotto desde el principio viene insistiendo con que la elección pone en juego el modelo de provincia. Que se vota no esta coyuntura sino cuarenta años de peronismo. El peronismo pampeano ha tenido siempre una impronta estatalista y provincial. Más allá de que se hayan alineados los líderes con las gestiones nacionales, en otros momentos las confrontaron en defensa de cuestiones que tienen que ver directamente con las provincias. Por ejemplo, en la época de las privatizaciones se resistió la privatización del Banco, de la Caja Previsional o del canal público de televisión. Eso ha sido sostenido.

En pandemia el peronismo dio una respuesta muy a la altura de las circunstancias, esto es reconocido hasta por la oposición. El sistema de salud público pampeano está muy bien visto. Además, el gobierno ha hecho una fuerte intervención económica; por supuesto, con los límites que prevé un gobierno provincial. Pero, por ejemplo, la paritaria estatal está por encima de la inflación. Y el Banco provincial ha jugado muy fuerte con créditos y financiamientos. Esa presencia estatal se ha exacerbado con la presencia de empresas estatales en los últimos tiempos. Las más importantes son Empatel, la empresa pampeana de telecomunicaciones, que brinda el servicio de internet y está tendiendo fibra óptica en la provincia, y Pampetrol, que se encarga de la cuestión energética, era exclusivamente de hidrocarburos y en esta gestión ha tenido mucho desarrollo la idea de volcarse a las energías verdes con paneles solares y otros recursos. Eso es lo que ha hecho esta gestión de manera más fuerte; por supuesto, con cuentas pendientes en esas áreas y en otros sectores también.

En la mayoría de estas actividades que cuento, y en la economía en general, las cooperativas también son importantes actores. En La Pampa el movimiento cooperativo es muy fuerte, los servicios públicos de casi toda la provincia lo brindan las cooperativas. El servicio de energía eléctrica está concesionado a las cooperativas por cien años desde 1995. Pero, además, en los municipios –incluyendo la capital– las cooperativas tienen servicios de agua potable, de telefonía, de televisión por cable, en franca competencia, por ejemplo, con el grupo Clarín, como se da en Pico, en Santa Rosa, en las ciudades más grandes. Las cooperativas forman parte de Empatel, están en Pampetrol y son un actor fundamental de la economía. A veces, construyendo políticamente con el gobierno; otras veces, incluso en disidencia, en disputa.

Desde lo político, lo que ha hecho el peronismo es sostener su unidad. Multicolor, pero no se ha puesto en duda en todo este proceso. En 2019 la unidad del Frente de Todos empieza a germinar en La Pampa cuando, en ese momento, Carlos Verna, que era el gobernador, arma una coalición de partidos que incluía desde el Frente Renovador hasta Patria Grande, pasando por la centroizquierda en general, el kirchnerismo, Nuevo Encuentro, el comunismo, el humanismo, más la unidad completa del PJ pampeano tradicional, ortodoxo. Desde lo político, eso es lo que cimenta el Frente actual.

Con la posibilidad de cuatro años más de gobierno, ¿cuáles son los principales desafíos de cara a un segundo mandato?

Desde hace mucho tiempo que los gobiernos peronistas vienen haciendo campaña con generar trabajo privado decente. Eso apenas se ha movido en los últimos años. Si bien, positivamente, después de la pandemia, se ha generado más trabajo privado que otro tipo de trabajo, pero sigue siendo una deuda pendiente. La apuesta que hace el gobierno a las pymes con asistencia crediticia, con programas de laburo que sostienen desde el Estado a las empresas que decidan incorporar mano de obra, no ha dado todavía los resultados que se espera. Está aún a mitad de camino.

En particular en la ciudad de Santa Rosa siempre fue esquiva la reelección para sus intendentes. ¿Creés que será diferente este domingo para Luciano Di Nápoli? ¿Cuáles son los principales ejes de su gestión que acompañan esta posibilidad? Y, pensando en la próxima gestión, ¿cuáles son los desafíos?

Santa Rosa es una ciudad que, desde hace tiempo, tiene alternancia, donde el voto “cautivo” existe muchísimo menos que en el resto de la provincia. Esto ha hecho que, en lo que va del siglo, ningún intendente haya sido reelecto; el último reelecto fue Oscar Mario Jorge en 1999. Desde el 2003 para acá, Santa Rosa ha vivido de crisis en crisis, de distinto tipo. Actualmente atraviesa una emergencia sanitaria, pero también tuvo una crisis política muy fuerte en 2007, 2008, cuando fue intendente Juan Carlos Tierno, un dirigente histórico del peronismo que se fue hace un tiempo, formó Comunidad Organizada y tira guiños con Patricia Bullrich y Javier Milei. Ese personaje, que es candidato a gobernador y, se supone, va a ser tercera fuerza, gobernó Santa Rosa en nombre del peronismo durante 87 días. Una locura: aplicó política filofascistas, atolondradas. Hubo una movida popular muy masiva que lo terminó echando del gobierno, el propio peronismo intervino la municipalidad y eso fue generando crisis políticas. A partir de ahí el intendente fue Francisco Torroba, que es radical, que accedió a ese gobierno desde esa crisis también con votos peronistas. Y dejó con una buena imagen su gestión, porque dejó avances en políticas de género, en políticas de transparencia y estatizó el servicio de recolección de residuos y barrido y limpieza, que es importante para una ciudad capital. Torroba es el candidato opositor y, con ese recuerdo de buena gestión, la elección es pareja en Santa Rosa.

Las encuestas dicen que gana Luciano Di Nápoli, que también ha hecho una buena gestión. Desde el 2000 para acá, las mejores gestiones fueron las de Torroba y Di Nápoli. Porque, además, el resto fueron entre malas y desastrosas. Hubo otro intendente radical en el medio, durante el gobierno nacional de Macri, Leandro Altolaguirre, fue un desastre. Eso le permitió a Di Nápoli ganar muy bien, después, además de haber ganado una interna feroz, porque él era de La Cámpora y el “caballo del comisario” era otro. Hoy llega a esta situación actual políticamente con más solidez, porque llega como candidato de la unidad, aliado con los mismos sectores que se enfrentó en internas.

En la gestión en sí, la obra pública que está haciendo es histórica. Santa Rosa venía muy en deuda en ese aspecto. En general, financiada por la Provincia y la Nación, porque tiene una alianza muy fuerte con Ziliotto aunque son de líneas diferentes. Ha tenido otras medidas de políticas públicas muy interesantes. Fue uno de los primeros en poner en el radar la cuestión del cannabis medicinal, generando un registro. Estatizó el servicio urbano de pasajeros que era un desastre y ahora lo brinda la municipalidad en condiciones muy destacadas. También se reivindican algunas políticas culturales: acá se hizo la Fiesta Nacional del Teatro después de la pandemia, la oposición la boicoteó bastante y fue un gran acierto de la política de Di Nápoli.

Tiene algunos problemas en su construcción política. Tiene algunos ruidos, no solo con las otras líneas –más allá de que, insisto, tienen todas los pies en el plato–, sino que también dentro de La Cámpora hay una disputa por la conducción entre Di Nápoli y María Luz “Luchy” Alonso, que es secretaria administrativa de Cristina en el Senado. La respuesta en el área social del municipio quizá no ha sido suficiente. de hecho, cambió esa área del gabinete en los últimos meses, como aceptando esta circunstancia. Y también le ha costado sostener aliados o compañeros en la gestión. Tanto que, por ejemplo, para el Consejo Deliberante cambió todo, no hay concejales que renueven pese a que él va por la reelección.

En cuanto a la Legislatura unicameral, no hay renovación parcial y van pegadas a las boletas de los candidatos a la gobernación. ¿Se espera entonces también tener mayoría en la cámara?

No está claro que el peronismo vaya a lograr mayoría. Es una posibilidad, pero podría ocurrir que no llegue, porque hay ocho listas que presentan candidatos a diputados y diputadas. Seis que van atadas a candidaturas a gobernación y otras dos, el partido Libertario y un partido nuevo que se llama Organización Cívica, que solo presentan candidatos a diputados. Entonces, la distribución mediante el sistema D’Hondt podría ser que no le deje la mayoría al peronismo. Para eso tendría que sacar más del 50 por ciento de los votos y, aun así, someterse a una cuestión estadística. Los otros partidos que participan para llegar a tener legisladores son Juntos por el Cambio, Comunidad Organizada, el Frente de Izquierda, Desde el pie (un espacio de centroizquierda, nacional y popular, digamos) y el Movimiento Federalista Pampeano, que es un partido provincial, de derecha y que gobernó en dictadura.