La situación de emergencia social y sanitaria que vive el país a partir de la pandemia de Covid-19 impulsó a diversos organismos del Estado a planificar políticas que pudieran garantizar el acceso a los bienes y servicios básicos indispensables en este contexto, sobre todo para aquellos sectores de la población a los que la desigualdad genera restricciones. El Ente Nacional de Comunicaciones (ENACOM) entendió que su aporte específico en este sentido era reposarse sobre su misión de garantizar el servicio universal: esto es, que todos los habitantes de la nación, sin importar ingresos, zonas geográficas o capacidades específicas, puedan contar con el conjunto de servicios de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC) en condiciones de calidad, asequibilidad y a precios justos y razonables.
Para esto, el organismo decidió tomar parte del Fondo Fiduciario del Servicio Universal que administra –destinado a la redistribución de recursos para garantizar este acceso universal– e implementar programas específicos que acumulen acciones en este sentido. Esto incluye un programa de emergencia para garantizar el acceso a servicios de conectividad en los barrios inscriptos en el Registro Nacional de Barrios Populares (RENABAP), cuya vulnerabilidad se ha visto acentuada en el marco de la emergencia sanitaria, pero también el desarrollo de otras acciones: programas que permitan la conectividad en instituciones públicas, la conectividad en zonas rurales y con condiciones geográficas desfavorables para el desarrollo de servicios TICs; el apoyo financiero para cooperativas y pymes que presten Servicios de TICs para la expansión y modernización de sus redes; la conexión de licenciatarios, cooperativas y pymes a la Red Federal de Fibra Óptica (REFEFO); y, en general, toda obra, proyecto o desarrollo tecnológico que contribuya a garantizar el servicio universal.
Sobre estas políticas conversamos con el director nacional de Fomento y Desarrollo del ENACOM Pablo Urquiza.
El ENACOM acaba de impulsar una serie de programas, en el marco de la emergencia sanitaria, que contribuyan a garantizar el servicio universal en el acceso a las TICs. ¿De qué se tratan?
Hay básicamente dos acciones que el ENACOM está llevando adelante. En primer lugar, el Directorio que se llevó a cabo la semana pasada aprobó la implementación de un programa de emergencia en el marco de la pandemia de Covid-19 para garantizar servicios TICs para habitantes de barrios populares. En concreto, se realizó una acción de apoyo al trabajo que el Estado desde sus estamentos Nacional, Provincial y Municipal viene desarrollando en Villa Azul, Avellaneda, que es uno de los focos donde en los últimos días ha habido casos de coronavirus. Allí, hemos estado acompañando la emergencia con la distribución de tarjetas telefónicas entre sus habitantes.
En segundo lugar, en este programa de emergencia se aprobó un fondo de 6 millones de pesos para atender, específicamente, las necesidades de los barrios populares, de las cooperativas y pequeñas y medianas empresas que prestan servicios TICs, con la novedad o el agregado de priorizar a aquellos barrios que se encuentran inscriptos en el Registro de Barrios Populares (RENABAP), que está en el ámbito del Ministerio de Desarrollo Territorial y Hábitat y se generó a instancias de las organizaciones sociales que trabajan en la problemática habitacional y de villas y asentamientos. Con esa población destinataria (un universo de más de 4.000 barrios distribuidos en todas las provincias, con una cantidad importante en los grandes centros urbanos: AMBA, Córdoba, Santa Fe) estamos trabajando la puesta en marcha de este programa, en la etapa de diseño y formulación de una estrategia tendiente a fortalecer la conectividad de estos barrios populares de todo el país. Bajo la concepción de garantizar el ejercicio del derecho a la comunicación de todos los argentinos, pero, fundamentalmente, de que el Estado pueda llegar donde el mercado no llega, donde hay muchas necesidades en la población, donde hoy, a las claras, en el marco de la pandemia, quedó evidenciada la necesidad de conectividad y de infraestructura para garantizarla.
La atención de la emergencia en el marco del ENACOM tiene un significado muy importante, porque era un organismo que no tenía entre sus prioridades la territorialidad y la atención de los sujetos excluidos y de los barrios y las comunidades más excluidas. Entonces, poder tener una atención rápida como la que llevamos adelante y que, seguramente, se va a extender a otros barrios en las próximas semanas y meses, resulta central. Al mismo tiempo, creemos fundamental el trabajo en la planificación de una política a mediano y largo plazo que permita, por un lado, llevar la infraestructura y conectividad, y, también, fortalecer la organización social, barrial, comunitaria, de las cooperativas y las pequeñas y medianas empresas.
¿El fomento es para que las cooperativas y pymes puedan hacer tendido de red? ¿O se van a atender otras necesidades que tengan que ver con la provisión del servicio?
Estamos trabajando ahora en el diagnóstico de los distintos barrios, porque no es lo mismo una localidad populosa en el ámbito del AMBA que pequeñas localidades de muchas de nuestras provincias. La idea es llegar con una batería de iniciativas que van desde la posibilidad de generar cooperativas o licenciatarios TICS donde no los hubiere, hasta fortalecer donde los hay y se requiere mejorar su capacidad de tendido y llegada domiciliaria. Porque lo que ocurre muchas veces es que la infraestructura del tendido llega hasta la puerta de los barrios y no se puede ir más allá.
Para esto, vemos central articular con varios actores: porque están las pequeñas y medianas empresas, están las grandes empresas y también están los ciudadanos y las comunidades, y necesitamos trabajar con todos de acuerdo a la posibilidad que haya en cada comunidad. También por supuesto, articular con todos los organismos del Estado: en ese sentido es y será muy importante la colaboración que desarrollamos con ARSAT, con el Ministerio de Desarrollo Territorial y Hábitat para poder trabajar en el ámbito de los barrios populares, con la Secretaria de Innovación de la Jefatura de Gabinete, del mismo modo que el trabajo que llevemos en conjunto con los gobiernos locales y provinciales.
En este sentido, otra de las iniciativas que el ENACOM aprobó ya el mes pasado y que marca una nueva impronta, es que los aportes no reembolsables –esto es, subsidios que el ENACOM otorga a cooperativas y licenciatarias TICs–, que estaban restringidos a comunidades y localidades de hasta 10.000 habitantes, se ampliaron a un margen de 30.000 habitantes. Con lo cual, ahí ya hay más de 200 comunidades que pueden acceder al financiamiento del Fondo del Servicio Universal para fortalecer y mejorar su infraestructura, y para mejorar los tendidos de red y la conexión domiciliaria en el caso de cooperativas y licenciatarias que se dedican a ello.
Otra de las líneas de acción, que apunta a otra dimensión de la garantía de conectividad pero que también es importante, es el trabajo que el ENACOM está realizando con las empresas provinciales. El pasado lunes, por ejemplo, se firmó con la provincia de Neuquén un aporte de 150 millones de pesos para completar el tendido de fibra óptica en la provincia, con el cual se va a llegar a más de 40 localidades que no lo tienen todavía.
¿Se trata de empresas públicas provinciales?
Si, Neuquén tiene una empresa provincial, con mayoría de participación estatal. Se llama NEUTICS y es la que va a ser la obra. En este mismo sentido, se aprobó en el directorio de ENACOM que, en el marco de las acciones del Servicio Universal, el organismo va a poder ejecutar obras a través llamados a concurso y licitación directamente desde el organismo. En síntesis, la idea es que el ENACOM tenga un mayor despliegue territorial, y construya una política a través de la conformación de estos espacios donde los actores están, pero lo que falta es que la política pública los aglutine en función de una tarea; en este caso, llevar la conectividad y poder realizar obras de tendido y de infraestructura allí donde fuera necesario.
En ese sentido estamos orientando nuestro trabajo hacia una mayor presencia territorial, hacia un fortalecimiento de los actores involucrados, y también facilitando los trámites de inscripción y de ejecución. A pesar de este contexto de pandemia, estamos llevando a cabo proyectos y ejecutando las acciones con estos fondos del Servicio Universal, que son las contribuciones que realizan las empresas y que administra el Estado Nacional con el objeto de redistribuir para favorecer la conectividad en aquellos lugares donde el mercado no llega. Es decir, garantizar una intervención por parte del Estado que preste atención a las comunidades y localidades que, por distintas razones, están excluidas.
Cuando uno piensa en localidades excluidas, muchas veces se imagina localidades pequeñas, o alejadas en las provincias; pero la exclusión en términos de comunicación también se da nomás en el ámbito de la Ciudad de Buenos Aires o apenas cruzando la General Paz. Es una realidad que atraviesa a gran parte de nuestras comunidades porque, de algún modo, este bien que es la comunicación se distribuye del mismo modo que el resto de los bienes. Por esto, la idea es que el ENACOM, además de ser un ente regulador, sea un organismo que pueda intervenir en la política pública para profundizar el ejercicio de los derechos, que sea parte un Estado cercano, como el que ha propuesto el presidente para poner a la Argentina de pie en este contexto tan difícil como el que estamos atravesando.
Otro sector que ocupa las tareas del ENACOM, también en términos de fomento, es el de las productoras y los canales y señales, pequeños, medianos, cooperativos, sin fines de lucro. Seguramente, la pospandemia será muy dura para este sector. ¿Hay alguna de las políticas que, aunque hayan sido pensadas antes de la pandemia, puedan reconfigurarse para asistir a ese sector con políticas específicas?
En primer lugar, seguimos permanentemente llevando adelante los desembolsos que ya se venían ejecutando. Además, se acaba de lanzar una nueva convocatoria en el marco del FOMECA, que es un fondo de mejoramiento para la producción y la comunicación audiovisual que va destinado al colectivo de las radios, canales y productoras comunitarios sin fines de lucro. En este llamado se lanzó una línea de fomento a la producción de contenidos informativos radiales y televisivos, con un plazo de presentación durante todo el mes de junio. Ahí se pueden presentar todos aquellos que están registrados en el FOMECA, y aquellos que no lo están pueden registrarse. La decisión es, de algún modo, poder seguir volcando recursos del Estado a estas iniciativas que han quedado muy golpeadas por la crisis que venían arrastrando y también en el contexto de la pandemia.
Por eso la idea es poder llegar rápido con estas acciones. Estamos proponiendo algunas nuevas líneas de producción de contenidos en derechos humanos, educación sexual integral, construcción de ciudadanía, para poder también orientar las producciones hacia temáticas importantes y asistir a la vez a estos canales que necesitan de estos fondos. Todo esto es parte de la redistribución que pretendemos hacer desde el ENACOM, en donde estamos pensando posibles herramientas que nos permitan dar una respuesta rápida en el marco de la emergencia.