Mar del Plata es la cabecera del distrito de General Pueyrredón y la segunda ciudad más importante de la provincia de Buenos Aires con alrededor de 650.000 habitantes. Esta es la razón por la que las dos fuerzas que pelean la gobernación de la provincia la consideran determinante para su triunfo.
Durante los últimos años la caída de la industria textil, la paralización del puerto y el derrumbe del turismo provocaron que la ciudad volviera a encabezar –junto al Gran Rosario– el ranking nacional de conglomerados con mayor desocupación del país, con el 12,8 por ciento de su población activa sin trabajo. En números concretos, esto representa unos cuarenta mil marplatenses desocupados. Bajo este clima, la mala gestión del actual intendente Carlos Arroyo de Cambiemos –que había ganado con un 47 por ciento de los votos– hizo caer su imagen al abismo: tanto, que no lo dejaron presentarse al interior de su propia alianza. Esto, junto a la poca incidencia local de las gestiones provincial y nacional, aumenta las posibilidades para el vecinalista Acción Marplatense y para el Frente de Todos, que se disputan hoy la conducción de la ciudad. Además, vuelve complejo e incierto el panorama para los candidatos provinciales y nacionales.
Sobre la situación de la ciudad –integrante de la quinta sección electoral– y los desafíos para una nueva gestión local, conversamos con Marcela Gabioud, comunicadora, docente de la Universidad Nacional de Mar del Plata e integrante de la Defensoría del Público de Servicios de Comunicación Audiovisual.
En principio, quisiéramos que nos cuentes, a tu entender, ¿cuáles son las perspectivas de cara a las elecciones en Mar del Plata?
Hay distintas encuestas. Algunas dan como primero a Gustavo Pulti, que es el precandidato de la lista vecinalista Acción Marplatense y que fue intendente durante dos gestiones antes del intendente actual Carlos Arroyo. Otras encuestas la dan primera a Fernanda Raverta, precandidata del Frente de Todos, con 25 puntos. Luego se ubicarían Guillermo Montenegro, precandidato de Juntos por el Cambio, y el actual intendente, con 10 por ciento de intención de votos.
La baja intención de votos del actual intendente parece complicar su posibilidad de relección. ¿Esto tiene que ver con la evaluación de su gestión?
Las posibilidades de reelección de Arroyo son bastante nulas. Primero, porque en la elección anterior él fue a la interna con Cambiemos, y en esta oportunidad Cambiemos decidió tener a otras dos personas como representantes en sus listas. Por lo tanto, dejó a la Agrupación Atlántida –que es el espacio de Arroyo– sin la posibilidad de competir con la boleta completa de Cambiemos.
Segundo, porque la evaluación de su gestión es bastante desastrosa. Por un lado, realizó muchos recortes, lo que generó conflictos muy fuertes, por ejemplo, con el sector docente, quienes habían sido muchos de sus votantes en la elección anterior. A los docentes les quitó un adicional que equiparaba el salario de los municipales con los provinciales y eso significó una merma importante en el ingreso salarial.
En términos de obras en la ciudad, se realizaron algunas, como, por ejemplo, ampliaciones de avenidas en algunos barrios, en los últimos meses se arreglaron algunas veredas del sector céntrico; pero de Juan B. Justo –que es la avenida que separa la parte más pudiente de la ciudad con el resto– hacia el sur no se han hecho obras en las calles. Entonces, es muy difícil el tránsito en las calles de los barrios. Sí se realizaron obras en la ruta 11, y en una avenida que se llama Mario Bravo, que es importante del sur de la ciudad. Pero solo eso.
También hay un déficit importante en la gestión de los establecimientos educativos, ya que muchos están sin gas. Esto provocó enormes problemas en este invierno, porque los niños y niñas no pueden asistir a la escuela por el frío.
Ahora, si bien el principal déficit de su gestión estuvo en el área económica, también fue problema la manera de vincularse con los funcionarios de su gabinete y de otros órdenes del Estado. Porque su modo de gestionar produjo una ruptura con la provincia y con la nación que no permitió mantener los vínculos que cualquier ciudad importante de la provincia de Buenos Aires necesita para contar con los recursos imprescindibles.
¿Y en cuanto a los otros candidatos que cuentan con posibilidades de ganar la elección?
En Mar del Plata los otros candidatos son Gustavo Pulti, por Acción Marplatense, que es una boleta corta vecinalista y que en las elecciones anteriores fue con el Frente para la Victoria. Fernanda Raverta de Unidad Ciudadana, que es la única candidata del Frente de Todos, y Vilma Baragiola y Guillermo Montenegro que van a una interna por Cambiemos. Montenegro no es de Mar del Plata, se vino a vivir hace un poco más de un año, enviado por Cambiemos para poder garantizar un recambio con una persona “propia” en la política marplatense y para participar en esta elección. Vilma Bargiola en una referente del radicalismo marplatense.
En perspectiva de una nueva gestión municipal y provincial, ¿cuáles son hoy las principales demandas de la ciudad, y cuáles las políticas que podrían desarrollarse en pos de la contención de esas demandas y el desarrollo a nivel local?
Parte de las demandas de la ciudad refieren a lo económico. Primero, hubo un alto cierre de comercios en toda Mar del Plata y, segundo, muchas empresas han reducido su personal, tanto del sector pesquero como del sector textil, las pymes que funcionan en la ciudad. El cierre de comercios se debe al alto costo del sostenimiento de los locales, tanto del pago de alquiler como de servicios. Las tasas municipales, por ejemplo, aumentaron en esta gestión cerca del 300 por ciento. Otra importante demanda de los vecinos tiene que ver con el mantenimiento y la limpieza de la ciudad. Y la seguridad es un tema que también apareció bastante en los últimos tiempos, debido al aumento de los asaltos, en los domicilios y en las calles.
Por otro lado, las políticas que podrían desarrollarse tienen que ver con el incentivo a la producción. La creación, por ejemplo, de un parque industrial relacionado con la tecnología: en Mar del Plata hay dos universidades nacionales, la UTN y la Universidad Nacional de Mar del Plata, ambas con carreras vinculadas a lo tecnológico, que podrían aportar en este sentido. La generación de oportunidades para el crecimiento del comercio y el consumo, a partir de la creación de empleos con exención de tasas por un período determinado, puede llegar a ser un incentivo para que las empresas se instalen nuevamente en la ciudad. También un impulso al turismo.
En relación con las elecciones provinciales y nacionales, ¿cuáles son las perspectivas de las dos alianzas principales –el Frente de Todos y Juntos por el Cambio– en Mar del Plata?
Es probable que quienes voten al partido vecinalista de Gustavo Pulti también voten al Frente de Todos, además de los que voten a la candidata del Frente, Fernanda Raverta. Por lo cual es una boleta que va a arrastrar dos tipos de votantes distintos. En lo que tiene que ver con Juntos por el Cambio, si bien la provincia no tuvo una buena relación con la gestión de Arroyo, no está muy mal vista la gestión de Vidal. Además, Mar del Plata no se caracteriza por ser peronista y, en general, el radicalismo y el socialismo fueron los partidos que la gobernaron a lo largo de los últimos años de la democracia. Con lo cual, no podría decir que Vidal no vaya a hacer una buena elección en la ciudad, sobre todo, teniendo en cuenta que se despegó de Arroyo. Así que la elección va a ser bastante peleada entre estas dos alianzas.
Con la elección a nivel nacional ocurre lo mismo. Como Mar del Plata no es una ciudad peronista, es factible que muchos voten a Lavagna o a otro candidato que no sea ni Macri ni Alberto. Pero también hay un sector muy importante de votantes del Frente de Todos. Creo que las PASO van a ser la mejor encuesta que los candidatos puedan tener, porque está bastante reñida la discusión y no sabemos exactamente qué va a hacer la gente a la hora de poner su voto.