Al compás de la crisis económica y política agudizada la última semana, Sangrre conversó con Bruno Nápoli –investigador en historia reciente y sistema financiero, docente y ensayista– acerca de la coyuntura actual, los recientes anuncios oficiales y el horizonte de la Argentina hacia 2019.

¿Cuál es tu opinión luego del discurso del presidente Mauricio Macri y los anuncios de Dujovne? 

La primera sensación luego de escuchar al presidente Macri y el ministro Dujovne es que no hay plan económico, y eso es lo más preocupante. Fueron una serie de consignas, por un lado, de autoayuda y de optimismo, de que las cosas se pueden lograr de manera conjunta, trabajando todos hacia un objetivo común. Y luego, promesas de campaña: “el déficit va a ser X”, “la reducción va a ser Y”, “vamos a llegar a un crecimiento de Z”, todo para 2019, 2020. Es decir, no hay un planteo macroeconómico. Lo que este gobierno no está haciendo, sobre todo en el último año, es macroeconomía: o sea, mirar todas las variables económicas para poder hacer un diagnóstico y un plan de crecimiento. Este gobierno solo hace microeconomía, por eso solo escuchamos hablar de dólar y tasa de interés.

La preocupación surge, además, por el diagnóstico de situación que hacen: vos perdiste una capacidad en tu peso del ochenta por ciento en cinco meses y el diagnóstico de Macri es la crisis en Turquía y las fotocopias de los cuadernos Gloria. Es decir, no hay diagnóstico de situación, no hay plan económico consistente, se fijan solo en un sector del mesadinerismo y el sistema financiero, sin avanzar en propuestas concretas. No plantearon una sola propuesta hoy.

¿Qué opinás sobre la idea de “equilibrio fiscal” que plantean?

El equilibrio fiscal solo se logra con superávit fiscal y superávit comercial, cuando vos logras recaudar y vender tus productos a un precio razonable que te permitan después encarar los gastos internos y los gastos externos. El superávit fiscal se logra al recaudar más de lo que gastas internamente y el equilibrio comercial se logra vendiendo más de lo que importas. El problema de lo que plantearon hoy respecto del equilibrio fiscal es que sin un plan consistente de recaudación no se puede lograr equilibrio fiscal, sino simplemente ir a la baja con toda tu recaudación. O sea, si vos dejas a diez mil personas sin trabajo, lo que logras es que esas personas no consuman. Al no consumir desde el boleto del colectivo hasta el litro de leche o el gasto en la peluquería, todo eso que tributa el Estado no lo recibe. O sea, nunca vas a conseguir equilibrio fiscal si reducís el gasto del bolsillo de la gente, porque es el gasto inmediato que a vos, como Estado, te permite recaudar inmediatamente.

¿Sobre qué sectores internos se está apoyando el gobierno? ¿Es viable que el sector agroexportador soporte lo anunciado respecto de retenciones?

Este gobierno se basa principalmente en dos espacios de producción de dinero: primero, lo que produce la tierra a través de la comida. Cuando aumenta el precio de la comida, aumenta el precio del alquiler de la tierra. Este grupo gobernante está formado por los dueños de las tierras que producen la comida, no los que la trabajan sino los que la tienen en renta. Por lo cual: aumenta el precio de la comida, aumenta la renta de la tierra. Además son dueños de las tierras improductivas, lo cual sube el precio de las tierras productivas. Por otro lado, lo que produce esa renta de la tierra, que es millonaria por el aumento del precio de la comida, lo trasladan al sector financiero para la especulación y la fuga de capitales. Por lo cual, ellos están apoyados en esos dos espacios. En la especulación financiera, trabajan desde afuera a partir de sus cuentas exteriores a las que fugan el dinero que ganan y lo que produce la tierra que se cobra en moneda dura: de todo lo que produce Argentina, el setenta por ciento de lo que está en la mesa de los argentinos es producto exportable, por lo cual se cobra en dólares. Ellos mismo se sacaron una ley diciendo que, desde noviembre de 2017, todo lo que los exportadores vendan no tienen la obligación de liquidarlos en el sistema financiero argentino. Con lo cual, esos dólares quedan afuera y los trabajan afuera.

Respecto a las retenciones, si atendemos bien, las medidas no son sobre el sector agroexportador: las retenciones son sobre el sector industrial, algo nunca visto en Argentina. Es decir, sobre la exportación de la economía secundaria, sobre lo poco que se exporta como industria. Las retenciones sobre el sector agroexportador son mínimas y en pesos. Plantearon una retención de cuatro y tres pesos por cada dólar; es decir, si el dólar lo llevan a cien pesos, vos seguís recaudando tres o cuatro pesos por dólar. No tiene ningún sentido una recaudación en pesos, que hoy puede ser un ocho por ciento por cada dólar exportado, pero que si cambiás el valor del dólar ese porcentaje puede ser mucho menor. La recaudación que tengas en peso fijo se va a ir depreciando cada vez más, con lo cual es una medida mentirosa.

Además, la baja en la retención de la exportación a la soja, que se iba al dieciocho por ciento en diciembre, se aplica desde mañana. O sea, no hay una quita real sobre lo que exporta el sector agrario en la Argentina. Ha sido un anuncio falseado por los números a partir de una quita en pesos y fija.

En términos económicos, los sectores medios y de trabajo estable, por un lado, y los sectores desocupados o de precariedad económica sostenida, por otro, ¿qué realidad encaran para 2019?

Los sectores afectados por una política de ajuste fiscal tan brutal como este son todos, desde los sectores más empobrecidos hasta el sistema financiero. ¿Por qué digo “hasta el sistema financiero”? Porque en general a los bancos tampoco les sirven estas medidas que los van dejando sin dinero. Fíjense que el Banco Central va echando mano a los encajes, subiendo los encajes, lo que implica que retiene dinero al resto de los bancos; y estos, al no poder trabajar, pierden margen, paralizan su actividad. Eso es lo que produce default, un parate en el sistema financiero de dos, tres o cuatro meses donde no hay ni movimiento ni liquidez. Hasta los bancos están parados con las políticas de ajuste fiscal.

Y, como baja la recaudación, el único punto de ingreso de dinero de algunos actores económicos es el aumento de precios para poder recaudar más y recuperar el gasto. Yendo a los sectores medios y altos, se quedan sin crédito: prendario, personal, hipotecario. Los sectores un poco más altos se quedan sin crédito productivo porque con esta tasa de interés nadie va a pedir un crédito para poner una empresa o poner un negocio. Al sistema financiero tampoco le sirve. Solo les sirve a diez o quince jugadores muy fuertes, que son los que están trabajando en el descontrol de cambio. Es decir, en la entrada y salida de capitales para generar divisas y utilidades en muy pocas horas con la fuga al exterior.

Pero los más golpeados, obviamente, serán los sectores con menos ingresos, sobre todos los desocupados. No solo  por no tener capacidad para conseguir trabajo sino porque no tendrán capacidad para poder consumir lo mínimo. Los datos del INDEC indican que bajó el gasto en comida: eso repercute en las arcas del Estado, que recauda menos, pero además genera un problema de alimentación en la sociedad. Por otro lado, cuando no se recauda porque tenés inflación alta, el que produce la comida deja de producirla porque no sabe a cuánto te la puede cobrar y tampoco sabe si vos se la vas a poder comprar. Tampoco sabe si el de la cadena de comercialización se la va a pagar, con lo cual se retrae la producción, se retrae la cadena de pagos y la situación afecta a la economía toda, desde el sistema financiero hasta los sectores más vulnerables.

Esa es la gravedad que hay que entender y, respecto del 2019, primero hay que pasar septiembre, que es el mes en que llegan todos los aumentos de los servicios de junio y julio, cuando se aplican los aumentos por la disparada del dólar de los últimos tres meses, y cuando pretenden empezar a aplicar este plan de reducción de algunas partidas presupuestarias. Por eso quieren otorgar un plus en septiembre y en diciembre para la Asignación Universal por Hijo, porque ahora llegan una serie de gastos para la economía cotidiana de cada uno de nosotros que va a ser muy difícil de soportar.

¿Le ves a corto plazo alguna salida a esta situación?

No hay un espacio de salida firme con un plan de ajuste brutal que, además, se va mordiendo la cola, porque el ajuste que se anunció en junio, que ya era brutal, como no rindió porque no se reactivó la economía te obliga en septiembre a anunciar un ajuste más salvaje. Pero, además, son todas promesas de campaña, porque todo el ajuste que hagas ahora entra en el ejercicio del 2019 mientras que el dinero falta ahora. El “déficit cero” corresponde al ejercicio del año que viene, cuando es hoy que no hay dinero para cubrir los vencimientos ni la demanda de productos de tu gente, de tu pueblo. No hay manera de sostenerlo; por eso, digo, hay que ver si pasan septiembre.