Colombia vive un momento histórico. Es verdad. Pero también vive en un conflicto violento continuo, en loop desde la Guerra de los Mil Días. En más de 200 años de vida republicana no hubo gobierno de izquierda y, con la elección a la vuelta de la esquina, la campaña del miedo ya empezó.
Al frente del izquierdista Pacto Histórico, Gustavo Petro encabeza todas las encuestas. Según YanHaas obtendría el 40% en la primera vuelta, mientras que Federico Gutiérrez, del conservador Equipo por Colombia, llegaría al 21%. Por lo tanto, habría una segunda vuelta el próximo 19 de junio, que también muestra a Petro como un claro ganador.
Sin embargo, hubo amenazas por parte de grupos paramilitares contra Petro, que lo obligaron a suspender por varios días su campaña. Tampoco faltó el clásico agite de que el 29 de mayo se vota “entre comunismo o libertad” o que “Colombia se convertirá en Venezuela”. El ingenio para el mal llegó a un punto culmine con esta insólita publicación de La Semana (y eso que dicen que es la revista más prestigiosa del país): “¿Gustavo Petro tiene un pacto con el diablo?”. A tal nivel escaló esta fake news que el líder religioso Alfredo Saade pidió en una carta pública a la Confederación Consejo Evangélico de Colombia detener las cadenas falsas de información que circulan por redes sociales “sobre el pacto entre Petro y Satanás”. A río revuelto, el expresidente conservador Andrés Pastrana escribió en su cuenta de Twitter: “Si Petro llevara la ventaja que cacarea no le habría vendido tan ostentosamente el alma al diablo de la corrupción y el narcotráfico”.
Claro, es mejor debatir sobre si Petro está aliado con Lucifer que las cifras de la muerte y el hambre. Según el Centro Nacional de Memoria Histórica, entre 1958 y 2020 se han registrado 357.108 hechos violentos con un saldo de 265.505 víctimas fatales, 4.513 desde la firma del Acuerdo de Paz con las FARC en 2016. Desde 1985, más de ocho millones de colombianos tuvieron que huir de sus tierras, indicó Human Rights Watch. Entre 1973 y 2019, 3.300 sindicalistas fueron asesinados, según la Escuela Nacional Sindical. Solo en 2021 se cometieron 300 masacres a manos de grupos paraestatales.
La pobreza alcanza al 39% de una población de 51 millones, el desempleo es del 12% y un 60% de los trabajadores está en la informalidad. Según una encuesta de 40dB para el diario El País, hay un pesimismo elocuente respecto al futuro. Para el 49% la situación económica es mala o muy mala.
“Han sido muchos los factores para que Petro esté en lo alto de las encuestas; la última que se realizó dobla a Gutiérrez, pero sigue en esa carrera por ganar en primera vuelta, sigue su campaña y quiere conseguir en estos 15 días los votos para superar el umbral. El oficialismo tiene una desaprobación por decisiones que parten desde la poca continuidad del proceso de paz, el aumento del desempleo, la violencia y la inflación. Así que ven en Petro otra visión para dar la vuelta de hoja con la situación actual del país”, relata Andrés Medina, periodista y analista colombiano en diálogo con SANGRRE.
“Colombia tiene una historia política con gobiernos de derecha. Que llegue la izquierda al poder golpea fuertemente esa hegemonía. La campaña de odio y discursos ominosos sigue, con improperios que se gestan de lado y lado: el único propósito de generar ese odio hacia Petro es bajarlo en las encuestas, pero sucede totalmente lo contrario, sube poco a poco en popularidad”, explica Medina. “A ese punto han llegado algunos medios de comunicación: sesgar la información, generar polémica. En el caso de la revista La Semana, ese tipo de publicaciones se puede decir que incendia aún más la polarizada y acalorada campaña presidencial”.
Seis son los candidatos presidenciales que se presentarán el 29 de mayo, pero uno de ellos concita el apoyo mayoritario de la juventud. Una encuesta del Centro Nacional de Consultoría muestra que el 52% de los colombianos de 18 a 25 años votaría por Petro y también lo haría el 41% de la franja que va de los de 26 a 40. “Desde el paro nacional de abril de 2021, que generó indignación en contra de la reforma tributaria, los jóvenes empezaron a protestar por el abandono estatal en cuestión de educación y actualidad laboral, el desempleo que aumentó y un desentendimiento por parte del gobierno hacia las políticas públicas que quedaban en promesas. Ese descontento social aún continúa”, enumera Medina.
Como en Chile, con el estallido de octubre de 2019 que derivó en una Asamblea Constituyente para desmontar de la Constitución impuesta por el dictador Augusto Pinochet, Colombia también tuvo su ola de protestas que, desde abril de 2021, pusieron en jaque las medidas de ajuste que pretendía imponer el gobierno de Iván Duque. El paro nacional continuado, en una confluencia destacada de centrales obreras, movimiento estudiantil, organizaciones indígenas, feministas, campesinas, afro, de jubilados, LGBTIQ+, más partidos políticos de izquierda, fue el germen de una ciudadanía cada vez más activa y movilizada. A pesar de la respuesta violenta, los asesinatos estatales y paraestatales, las detenciones arbitrarias y los abusos sexuales por parte de las fuerzas de seguridad, el pueblo siguió en las calles y hoy protagoniza la posibilidad de este cambio histórico.
Comunicadores de medios nucleados en el Foro de Comunicación para la Integración de NuestrAmérica (FCINA), entre ellos SANGRRE, dialogaron con Francisco Maltés Tello, presidente de la CUT Colombia, central obrera mayoritaria de ese país, quien valoró que el estallido ha permitido que los problemas sociales quedaran al desnudo, al igual que la incapacidad de los gobiernos de derecha para resolverlos, por lo que encuentra condiciones propicias para la llegada de un gobierno alternativo y democrático a Colombia.
Maltés Tello habló también de una de las grandes deudas con el país, el incumplimiento del Acuerdo del Paz y la injusticia social imperante: “Solamente se ha cumplido en un 16% y van cerca de 200 asesinatos de compañeras y compañeros de las FARC. Hoy Colombia es el tercer país más desigual del mundo. El crecimiento del año pasado de 10,6% estuvo acompañado de un crecimiento de la pobreza. 17 millones de personas se acuestan sin la tercera comida, y el 40% de la población está en pobreza. Frente a esto, los candidatos de la derecha proponen lo mismo de hoy”.
El titular de la CUT tiene esperanza de un cambio de mando en el país: “Apuntará que el giro del continente a la izquierda se ratifique y, sin duda, cambiarán las relaciones que tiene Colombia de dependencia con los Estados Unidos y de haberse convertido en un puntal para provocaciones y agresiones contra los países hermanos que tienen gobiernos diferentes a los que pretende Washington”.
En la saga “Viene el cuco” no podía faltar Mario Vargas Llosa: “Están constantemente atacando a Colombia con la esperanza de que en las próximas elecciones Petro gane y que finalmente Venezuela pueda ser la autora de las políticas que llevarán a Colombia a su destrucción”.
El azufre lo cargan otros, pero ¡Vade retro Petro!