Y deberás plantar
y ver así a la flor nacer.
Y deberás crear
si quieres ver a tu tierra en paz.
Luis Alberto Spinetta

Hoy, dentro de unas horas habrá una movilización en el Obelisco con consignas sanmartinianas de libertad y de patria, pero no es una marcha cualquiera. No sólo porque la convoca, promueve y realiza un grupo de personas en medio de una pandemia inédita en la historia, a contramano de lo aconsejable por todos los sanitaristas del mundo que es cuidarse, tratar de permanecer en nuestras casas y mantener la distancia social para que el virus deje de circular y no sigan aumentando los casos, sino porque ese mismo grupo de gente apoya a dirigentes que cuando fueron gobierno lo que menos hicieron fue honrar y fomentar el patriotismo, la independencia, la libertad y la historia. Ese gobierno que defienden hace unos pocos años sacó a San Martín y nuestros otros próceres de los billetes levantando este discurso como el del exjefe de gabinete: “La obsesión que tenemos de analizar la coyuntura en función del pasado no es normal, en otros países no pasa eso y es una patología nuestra. Una de las cositas chiquitas pero simbólicas más lindas que hicimos es poner animales en billetes porque es la primera vez en la historia argentina que hay seres vivos en la moneda nacional y que dejamos la muerte atrás, para que esté tranquila y que vivamos nuestra vida”.

La incoherencia de llevar hoy como bandera la imagen de una figura por la que nada hicieron, sino más bien ignoraron y bastardearon como a tantos héroes de la patria, es lo que no se entiende. Ellos seguramente vivirán esta jornada con entusiasmo sintiendo que acarician una victoria, chiquita pero simbólica como la de los animalitos de Marcos Peña. Nosotros en cambio nos quedamos con el recuerdo vivo de la gran epopeya continental del General José de San Martín que luchó por la Patria Grande liberando a nuestro país, a Chile y a Perú de las fuerzas realistas. Me viene a la memoria una frase de él que dice “Una derrota peleada vale más que una victoria casual”.

Ya habrá tiempo para dar vuelta esta historia en las calles. Nosotros hoy seguimos peleando por la vida de los nuestros, literalmente y con responsabilidad, arreglando el desastre que dejaron con una deuda externa récord, con el sistema de salud pública devastado y sin ministerio, ocupándonos de colaborar para que de la mano de laboratorios y científicos argentinos pronto tengamos acceso a la vacuna contra el Covid-19, nosotros y la región, y pensando cada día en el futuro del país. Porque creemos en nuestra gente, porque no pensamos que lo mejor está afuera, porque amamos este suelo y porque bajo este cielo queremos construir esa Argentina grande con que San Martín soñó.

Viva la Patria. Hoy y siempre.