Jair Messias Bolsonaro llama a romper el aislamiento por la cuarentena, pero quien está aislado políticamente es él. Esta es la paradoja de Brasil: tiene un presidente al que ni sus propios ministros le hacen caso.

La edición de abril de la revista Istoé puso en su tapa a Hamilton Mourão, vicepresidente de Brasil, con el título “La solución”. Un amigo brasileño de izquierdas me confesó: “Admito que estoy alentando para que él asuma”. Tal es la magnitud del vacío de poder que asola el país por el desequilibrado manejo de la pandemia por parte de Bolsonaro. Un dato no menor: Bolsonaro es un excapitán del Ejército expulsado a temprana edad de la fuerza por su negligencia; Mourão es un general retirado que cumplimentó hasta el final su carrera. En la lógica castrense esta tensión de mando siempre estuvo latente.

Las soluciones de Istoé
Las “soluciones” de la revista Istoé: hoy Mourão, igual que en 2015 Temer

Publicó Folha de S.Paulo: “Aislado políticamente, Bolsonaro ha dado demostraciones de fragilidad emocional en la crisis de coronavirus y buscó refugio en el sector militar para tratar de retomar el control del gobierno. Al menos en una ocasión reciente, él lloró ante sus interlocutores”.

Cuando Bolsonaro calificó de “gripezinha” a la pandemia un terremoto político se desató bajo sus pies: la ciudadanía protesta con cacerolas desde mediados de marzo, el Congreso y los 27 gobernadores decidieron ignorarlo y tomar medidas preventivas sin consensuarlas con el Poder Ejecutivo. Su vicepresidente y la mayoría de su gabinete lo contradice y llama a la población a cumplir con una cuarentena.

Nuevamente Folha afirmó que la “radicalización” del mandatario en la cadena nacional del 24 de marzo fue una “sugerencia del grupo ideológico del Palacio Planalto, formado por el llamado ´gabinete del odio’”.

Brasil es hoy uno de los países más azotados por el coronavirus. Al 4 de abril sumaba más de 10.000 infectados y 342 muertes.

André Takahashi

Entrevistado por SANGRRE, el sociólogo y periodista brasileño André Takahashi señala que Bolsonaro se “rindió ante el mercado” y afirma que las Fuerzas Armadas designaron como “presidente operacional del país al general Braga Netto”.

¿Quién gobierna hoy Brasil?

Hay una situación de doble poder: por un lado la mayoría de los gobernadores siguiendo las recomendaciones de la OMS; del otro un presidente y sus hijos (muy influyentes en el gobierno) con una visión negacionista de la pandemia, llamando al Covid-19 “virus chino”. Entre ambos, hay ministros de Bolsonaro y su vicepresidente Mourão que no critican al presidente públicamente pero han adoptado las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud. Muchos apuestan a que sea el alto mando del Ejército el que medie. En el último discurso en cadena nacional de Bolsonaro fue presionado para disminuir la radicalidad de su discurso, pero en paralelo a eso sus bases se radicalizaron orientadas por las falsas noticias y las cadenas de Whatsapp, seguramente propulsadas por el gabinete de odio.

¿La crisis del coronavirus puede provocar la caída de Bolsonaro?

Sí, puede provocar su caída aunque es poco probable que sea inmediata, a no ser que él haga algo más irresponsable aún de lo que ya ha hecho. Admito que no es difícil que cometa locuras mayores. Ya probó que es capaz de todo.

¿Los militares apoyan a Bolsonaro?

Los militares son un actor de difícil lectura. Pocos periodistas tienen fuentes en el sector y suele ser difícil saber qué es verdad y qué es contrainformación que ellos esparcen en la prensa. Hay un grupo ideológico grande en torno al general Heleno (Augusto Heleno Ribeiro Pereira es un general de la Reserva del Ejército de Brasil. Fue el primer comandante brasileño de la Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en Haití) cuyo grupo apoya incondicionalmente a Bolsonaro. Hay otro sector más pragmático en torno a Mourão que se muestra alineado con las orientaciones de la OMS y tiene buenas relaciones con China. Entre ambos está Walter Souza Braga Netto (Jefe de la Casa Civil, cargo similar al de Jefe de Gabinete en Argentina) que no parece estar alineado con ninguno de los dos bandos. Además, muchas corporaciones policiales están influenciadas por organizaciones mafiosas paramilitares, que son una de las principales bases del bolsonarismo, como han revelado las investigaciones sobre el asesinato de la concejala Marielle Franco.

Justamente usted nombra a Braga Netto, quien está siendo mencionado como el verdadero presidente hoy en Brasil. ¿Esto es así?

Walter Baga Netto
General Baga Netto, actual Jefe de la Casa Civil

Sí, Braga Netto ha asumido la jefatura de la Casa Civil para cumplir la función que ejerció en Rio de Janeiro, la de intervenir militarmente, justo cuando ocurrió el asesinato de Marielle; pero no tengo la certeza de si está ahí para reemplazar a Bolsonaro o para protegerlo de sí mismo. El Ejército tiene un gran problema en sus manos ya que su imagen está muy ligada a la de Bolsonaro.

Gobernadores, el Congreso y ministros le dan la espalda; partidos opositores presentan una demanda penal en su contra; hay también un pedido de juicio político; los medios lo atacan. Bolsonaro parece un presidente cercado.

Sí, está aislado. Hay relatos de que ha llorado en reuniones con miembros del gobierno que no son tan cercanos. El problema de Bolsonaro y su familia es que ellos son imprevisibles y capaces de todo. Incluso, habiendo perdido buena parte de las bases de sustentación, ellos apuestan mucho en la fuerza de sus bases más fieles. Hay indicios de que su red de fake news y Whatsapp está iniciando métodos de presión contra las medidas de los gobernadores. Considero que Bolsonaro no tiene fuerza para mantenerse mucho más tempo después de la pandemia, pero él es irresponsable y tiene una base fanática e irreductible que abarca a un veinte por ciento de la población. No dudo que él caerá disparando toda su artillería. Vale una comparación de como los nazis hicieron en el final de la Segunda Guerra, cuando eligieron destruir ciudades enteras antes que entregarlas a los Aliados. Repito: él y su familia son completamente irresponsables y egocéntricos. Prefieren un país en ruinas antes que dejarlo en control de sus enemigos.

Entonces, ¿esto puede abrir un nuevo ciclo político, el surgimiento de nuevos liderazgos?

Ciertamente la pandemia está abriendo un nuevo ciclo político. Sin embargo, la izquierda no se ha mostrado de forma relevante hasta el momento. El propio pedido de impeachment presentado en la cámara de diputados no tiene fuerza para avanzar. Los nuevos liderazgos que han surgido de esta crisis son todos de derecha o centroderecha. Como ejemplo, Lula y João Doria (gobernador derechista del Estado de São Paulo) intercambiaron elogios en Twitter y Fernando Haddad, el sucesor de Lula, tiene un desempeño mínimo en esta crisis. Su mayor manifestación en los últimos días fue un tweet opinando sobre un reality show en donde las personas tenían que elegir entre eliminar del programa a un bolsonarista o a una mujer de izquierda. Esto, en un contexto de pandemia y crisis institucional y económica sin precedentes.

¿Y el rol de Lula?

Lula está cumpliendo un papel tras bambalinas con opiniones en las redes sociales, aparentemente salió de prisión más flaco de lo que entró.