El domingo próximo, 29 de septiembre, la Provincia de Mendoza elegirá gobernador. La contienda quedó protagonizada a partir de las PASO provinciales por el candidato de Cambiemos, Rodolfo Suárez –intendente de la capital mendocina– y la senadora nacional Anabel Fernández Sagasti, representante del Frente de Todos.

Los comicios se darán en un escenario incómodo para el radicalismo local y esperanzado para el peronismo luego del amplio triunfo de Alberto Fernández sobre Macri en las PASO presidenciales del 11 de agosto pasado. Cada fuerza con su estrategia: mientras que Suárez intentó provincializar la elección en tiempo record y separarse del sello nacional incluso con críticas al presidente Macri, la senadora Fernández Sagasti se ocupó de unificar al peronismo detrás de su figura y culminó este martes su campaña en un acto nacional de la mano del propio Alberto Fernández y los gobernadores del Frente de Todos.

En Mendoza, el candidato a presidente del Frente de Todos se impuso por tres puntos a Macri y levantó el techo de la lista provincial de diputados. Con los escasos tres puntos que separan actualmente a los dos candidatos a gobernar la provincia, el domingo ambos están en condiciones de superarse por muy corta diferencia. Acerca de esta coyuntura y sobre algunas de las perspectivas de gestión del peronismo mendocino en caso de coronar la contienda hablamos con Helio Perviú, diputado provincial, representante del Bloque Unidad Ciudadana de Mendoza.

Helio Perviú
Helio Perviú

En las PASO, Alberto Fernández ganó en Mendoza, pero además frente a una boleta que llevaba como candidato a diputado nacional al propio Cornejo que, aunque por algunos puntos de diferencia, también perdió en el tramo legislativo. ¿Puede esto repetirse en esta elección del 29?

Efectivamente, nuestra expectativa es que la elección se aproxime a las PASO que tuvimos en Mendoza. Hemos trabajado mucho la articulación de Mendoza con el proyecto nacional del Frente de Todos. Si la gente comprende que Mendoza tiene una oportunidad con Alberto Fernández como presidente y Anabel como gobernadora, probablemente tendremos números cercanos a los de las PASO nacionales. Y si triunfa la visión de que Mendoza es una isla y que puede caminar aparte del resto, tal vez sea una elección más parecida a las elecciones primarias provinciales. En ese debate yace la discusión en este momento en la provincia.

La elección en Mendoza se hace en un contexto de caída abrupta del gobierno nacional. ¿Cómo repercute eso en la elección en Mendoza sobre el candidato de Cambiemos? ¿Hay una estrategia –como ocurre con intendentes en Buenos Aires– de despegarse del gobierno? ¿Cómo pesa la historia que tiene el radicalismo en la provincia más allá de Cambiemos a la hora de sostener votos?

La expresión de Cambiemos en Mendoza ha hecho una negación del macrismo al que han pertenecido durante los últimos cuatro años de manera acrítica. En concreto, estos últimos meses lo único que el radicalismo de Mendoza propuso por fuera de la orgánica del gobierno nacional fue pagar en cuotas los aumentos de tarifas; luego, su posición política fue de alineación absoluta con Macri –incluso bancando políticas que destrozaban la economía regional de Mendoza–, más allá de que hoy intenten negarlo. Nuestros productores la están pasando muy mal en la provincia por estas decisiones. Sin embargo, hoy parece que la propuesta de Rodolfo Suárez saliera de un repollo: no solo niegan su identidad política, no mencionan su alianza con el presidente, no definen a qué modelo de país quieren adherir. Intentan construir una especie de prescindencia que, en la coyuntura que vive nuestro país, es absolutamente ficticia e improductiva.

En cuanto al radicalismo mendocino, Cornejo sigue viendo a Mendoza como un botín. Quiere ganar la provincia para después tener dónde pararse como espacio opositor al gobierno nacional. O sea, sin ningún tipo de responsabilidad política, el radicalismo juega a la provincia a quedar atravesada por el cambio de modelo económico nacional. Con el radicalismo, Mendoza puede quedar siendo funcional al interés de un dirigente que jugará como diputado en el ámbito nacional e intentará armar un polo opositor.

Más allá de intentar diferenciarse, ¿las políticas de la provincia fueron en línea con las políticas nacionales? En este sentido, ¿qué evaluación se puede hacer del gobierno de Cornejo? ¿Cómo dejan a la provincia estos cuatro años de su gobierno?

La gestión de Cornejo tomó un fuerte endeudamiento al inicio de su mandato. Hablamos de un endeudamiento en dólares con cuatro años de gracia, o sea, todo su mandato, ya que empieza a pagarse entre el 2020 y 2021. Esto confunde, porque, si se ven las cuentas de la gestión, parecen equilibradas, pero si se tiene en cuenta este endeudamiento, no lo están.

Por otro lado, los problemas estructurales en Mendoza no están resueltos. Con un discurso de estado “minimalista” para la provincia, que suponía no involucrarse en la problemática de la producción y el desarrollo, se ausentó durante estos años de todo apoyo al aparato productivo provincial y lo dejó a la deriva. Los productores mendocinos, como sucedió en otras provincias, no tuvieron acceso al crédito, sufrieron una fuerte caída del consumo de la mano de la caída del ingreso y del empleo, hicieron frente a los altos costos tarifarios de energía y a la dolarización de productos agroquímicos. Todos estos elementos dejaron a la producción mendocina en una situación crítica que hace años no se vivía en la provincia.

Este gobierno de Cornejo es un modo de “gestión ABL”, porque nos gobernó como a un municipio. No se involucró más que en la prestación básica de servicios. Ajustó el tema de los incrementos salariales de los estatales a la baja, con lo que justificó tener las cuentas ordenadas. Y solo por un aparato publicitario logró tener un poco mejor imagen que el gobierno nacional; pero, por fuera del manejo de medios y publicidad, cuando uno analiza política por política, el gobierno de Cornejo tuvo exactamente el mismo esquema de desguace y abandono que el macrismo a nivel nacional.

El martes Alberto Fernández visitó la provincia para fortalecer su idea de gobernabilidad nacional basada en un fuerte apoyo y armado provincial. ¿Cuáles serían las políticas que con esta visión federal podrían ayudar al desarrollo de la provincia? ¿Y cuál sería el aporte específico de Mendoza dentro de esa mesa federal?

Efectivamente, Alberto visitó Mendoza junto a los gobernadores del Frente de Todos. Además, hizo un anuncio importante, que plantea un nuevo modelo de gestión atendiendo la necesidad de involucrarse con las provincias y las regiones del país a través de la rotación de las reuniones del próximo gabinete ejecutivo en el caso de ganar las elecciones. Con esta propuesta, el gobierno nacional cumpliría el objetivo de conocer de primera mano y no de manera estadística –textuales palabras de Alberto Fernández– las problemáticas que suceden en la Argentina profunda. A nosotros nos llena de orgullo que semejante decisión se haya anunciado desde nuestra provincia.

Nuestro antecedente con la candidatura de Alberto a nivel nacional en términos políticos es el acuerdo que Anabel firmó en Rosario, donde se plantean una serie de obras estratégicas para Mendoza, además de una serie de medidas que favorecen a la sustentabilidad de la población mendocina. Las obras de infraestructura están vinculadas con el desarrollo de la región sur, específicamente Malargüe y su desarrollo petrolero. Allí acordamos dotar de todos los servicios necesarios para poder realizar la explotación del lado mendocino de Vaca Muerta, lo que acompaña al desarrollo de conectividad este-oeste que se da en el sur provincial; trabajar también en un nuevo paso fronterizo con Chile en la zona de Las Leñas; realizar obras vinculadas con la energía en el norte y zona central, infraestructura destinada a mejorar la producción en la provincia.

En el ámbito de desarrollo social y salud, se acordó además sobre un tema que hemos recibido como demanda de todos los puntos de la provincia, que es el abordaje de adicciones, porque el consumo problemático es un tema complejo que azota a muchas familias en la provincia y el Estado no tiene un ámbito específico para poder dar respuesta a la demanda. Y otro tema es el apoyo institucional para que finalmente se implemente el boleto educativo gratuito: Mendoza tiene un transporte caro, que tiene un amplio esquema de subsidios, y sin embargo no ha logrado cubrir esa demanda de los estudiantes. Muchos de los chicos de la escuela media abandonan por problemas económicos, con lo cual este apoyo es urgente.

Quiero decir, Alberto no solo ha planteado un discurso que integra a Mendoza al nuevo modelo de país que intentamos recuperar, sino que ha demostrado en hechos concretos, con compromiso, estampando su firma, ha dado una muestra de preocupación y seguimiento sobre el destino provincial. Tenemos muchas expectativas en que, si la gente nos acompaña este domingo, podamos desarrollar un plan de gobierno provincial vinculado al desarrollo de la Argentina que va a arrancar en diciembre nuevamente.