Ex vicegobernador de la provincia de Buenos Aires, Gabriel Mariotto es legislador del bloque regional (Frente para la Victoria-PJ) en el Parlasur. Licenciado en Comunicación, ex docente universitario y participante de la ola de FM alternativas que buscó democratizar la radio desde finales de los ’80, fue protagonista de la gestación, el debate parlamentario y sanción de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual (26.522). La continuidad de su trayectoria en el ámbito de las comunicaciones lo llevó a ser presidente de la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual (AFSCA), Subsecretario de Medios de Comunicación de la Nación y coordinador del programa Fútbol para Todos.

Desde hace un tiempo Mariotto integra el espacio del gobernador de San Luis Alberto Rodríguez Saá. Es, junto al gobernador, uno de los impulsores de la propuesta de implementar el sistema de reparto proporcional D’Hont sin piso como método para definir los nombres y la ubicación en las lista de los candidatos de un frente opositor encabezado por el peronismo. En esta entrevista conversamos sobre las potencialidades de estas reglas de juego para reducir al máximo la fragmentación del espacio nacional-popular y nutrir las posibilidades de gobernar tanto a nivel nacional como a nivel provincial y en cada localidad bonaerense.

¿Cómo ves al peronismo de cara a las elecciones de octubre, con varios compañeros ya lanzados como precandidatos pero aún sin definición de cómo será el proceso de unidad, antes de agosto o mediante las PASO?

Se plantea hoy la necesidad de construcción de un frente patriótico. Así lo llamamos, podría denominarse de otra forma pero entendemos que este concepto es el que está más instalado para aglutinar todos los sectores políticos, gremiales, sociales, del peronismo opositor. Ese frente patriótico va a tener un programa que estará integrado por los reclamos sobre los que hoy los distintos sectores del pueblo se movilizan. Estos serán el marco para desarrollar los ejes de nuestro programa de gobierno.

En ese sentido, se trata de un frente que necesita imperiosamente establecer las reglas de juego para ver cómo se materializa esa integración. Nosotros lo venimos reclamando desde el espacio que integramos, que conduce Alberto Rodríguez Saá, desde que nos juntamos en febrero o marzo de 2018 en La Pedrera, San Luis. Sin las reglas de juego, el frente es un nombre de fantasía, sin contenido, sin posibilidades de construcción de consenso real.

¿Qué significa esto que pedimos? Que, producto de las elecciones PASO, todo el mundo pueda participar en todas las categorías y aportar su granito de arena a la lista definitiva que va a enfrentar al macri-radicalismo. Esto significa modificar la Carta Orgánica o construir una Carta Orgánica del frente en base al sistema D´Hont sin piso, para que el que gana con 50 puntos se vea acompañado por el que salió segundo con 30 puntos, pero también participe el que salió tercero y saco 10 y el que salió cuarto y sacó 5. Porque esos 5, esos 10, esos 30, se suma a los 50: entonces, no nos desgranamos y vamos con la fortaleza de sumar todo el abanico de experiencias que acumula el frente patriótico, para enfrentar la lista de Cambiemos y ganarle. Sobre todo, teniendo en cuenta las experiencias de las elecciones de 2013, 2015 y 2017, donde perdimos por muy poquitos votos. Esto significa que no podemos dejar de considerar a ninguno de los sectores, por más chico que sea el aporte.

Es imprescindible la construcción de estas reglas de juego para la participación de todos. Con estas reglas, no me cabe duda que el peronismo opositor, el que muestra los tapones de punta a las políticas de este gobierno, puede –y debe– lograr una integración suficiente para ganar en primera vuelta, sin quedar expuesto a las operaciones de orden mediático, judicial, con los servicios de inteligencia con los que opera el gobierno de Macri. Ir a un ballotage para nosotros sería una quimera. La elección es de vida o muerte: hay que ganarla, ganarla o ganarla.

Entonces, entendemos, que el primer paso es la construcción del frente, bajo un programa que contenga las problemáticas centrales por la que hoy se sostienen las luchas populares y mediante internas abiertas con sistema D´Hont sin piso, para lograr que ellas nos den la posibilidad del triunfo.

¡Cómo dialoga esta iniciativa con la mesa política del PJ y con otros sectores que están conversando, trabajando en pos del proceso de unidad?

Nosotros, desde el espacio Saá 2019, participamos con estas prédicas tanto en el Partido Justicialista Nacional como en espacios junto a otros sectores, como el del compañero Pino Solanas o como el de los compañeros de La Cámpora; tanto con el sector que lanzó la candidatura de Daniel Scioli como el que propone la candidatura de Felipe Solá; con Hugo Moyano y otras agrupaciones gremiales. Lo que buscamos en todos los casos es consolidar el frente: los procesos de discusión, los mecanismos por los cuales se plantean los ejes que nos aglutinan; las lógicas por las que se ponderan estos ejes y las formas de resolución; los mecanismos por los que se resuelven las candidaturas.

Específicamente sobre provincia de Buenos Aires, ¿cómo imaginás el proceso eleccionario? ¿Cuáles son los puntos más álgidos que ves en los municipios de la provincia, más que nada en el conurbano, en cuanto a las posibilidades de triunfar del peronismo?

Yo creo que en todas las categorías este debe ser el formato: que haya PASO fraternas para la definición de todos los candidatos. Esto nos da la posibilidad de consolidar el triunfo en la gobernación. Algunos distritos que están gobernados por compañeros no quieren PASO, quieren lista única. Nosotros, al contrario, entendemos que el candidato o la candidata a presidente, el candidato o candidata a gobernador, necesitan los 38, 40 puntos que puede garantizar el intendente en un distrito, que es sumamente importante y central, claro, y, además, un número con el que se consolida en la intendencia. Pero también necesita los puntos que le pueden dar una acumulación de otros compañeros que, sin posibilidad de participar en la interna, pueden terminar en otro espacio político. Nuestra propuesta es clara: demos internas para que todo el mundo juegue adentro y todos vamos sumando para arriba, para los candidatos que encabecen las boletas del peronismo tanto para la gobernación como para la presidencia.

Si vos tuvieras que definir los municipios del Conurbano que el peronismo podría recuperar respecto de la derrota en la última elección, ¿cuáles serían?

Si tenemos la posibilidad de realizar las internas abiertas con sistema D´Hont sin piso, estoy seguro que Lanús se gana, que Quilmes se gana, que Mar del Plata se gana, que La Plata se gana, que Bahía Blanca se gana. Solo para hablar de algunos distritos emblemáticos y de suma importancia por caudal de voto y peso específico territorial dentro de la configuración de la provincia de Buenos Aires. Esto es, centrales para que, como decía recién, el próximo gobernador de la provincia sea del espacio peronista.

¿Por qué podríamos perder, por qué podría ser reelecto un intendente de Cambiemos, aún en el marco de un gobierno nacional que es un desastre? Eso puede pasar si nosotros vamos, elegimos con el dedo y dejamos un montón de heridos. Todos nos necesitamos, hoy nadie gana solo, tenemos que cerrar las condiciones para que todo el mundo se sienta parte, sobre la base de todo lo acumulado desde el peronismo opositor, más todos aquellos que han tenido vocación de enfrentar a Macri y necesitan reglas de juego para integrarse.

En este camino, ¿creés que haya alguna posibilidad de que se pueda confluir con el espacio del Peronismo Federal, encabezado por Massa?

Si Sergio Massa levanta las banderas como espacio opositor, puede jugar en las PASO con sus definiciones. Yo no tengo demasiadas expectativas en este sentido, porque creo que son matices diferentes, que hubo distancias distintas o perspectivas diversas con respecto al macrismo. Pero, si compartimos las mismas banderas del peronismo opositor, me parece que podría ser un espacio que también participe en las PASO de este frente.

¿Creés que, de pasar a ser presidenciable, la figura de María Eugenia Vidal –que, a nuestro entender, está sobrevaluada en relación a lo que fue su gestión– afectaría a la estrategia del peronismo a nivel nacional?

En primer lugar, no creo que la gobernadora pase a ser presidenciable. Más allá de eso, considero que nuestra estrategia basada sobre este tridente –construcción del frente, programa de gobierno y reglas de juego– es racional y seria. Por lo tanto, creo que estas tres variables como horizonte de construcción política nos hacen ganar en cualquier circunstancia, más allá de las resoluciones que tome el gobierno.

En el caso de ganar la provincia de Buenos Aires, ¿cuáles serían los ejes programáticos para afrontar un escenario como el que va a quedar?

La provincia de Buenos Aires, justamente por su complejidad, no puede escindirse de la nación. El peronismo debe, para poder ganar, y también conducir, tener una gestión diferente en la provincia, pero también gobernar a nivel nacional.

A partir de eso, es necesario acelerar algunas transformaciones de fondo, que serán de ámbito provincial pero también de ámbito nacional, por la repercusión que tienen sobre todo en el área metropolitana. Por ejemplo, los servicios públicos: es imprescindible declararlos servicios esenciales y derechos humanos; esto incluye la recuperación por parte del Estado de empresas de servicios públicos. Después: dar una profunda revisión a lo que está ocurriendo con nuestros puertos, nuestro comercio exterior, con nuestra flota mercante. Profundizar la discusión sobre la regulación del sistema financiero, al que aún rige una ley de la Dictadura. Problematizar la soberanía energética. Hay que cambiar el paradigma de defensa en términos de narcotráfico y terrorismo por posiciones geopolíticas y recursos nacionales.

Creo que el cambio de paradigma, además, tiene que estar “blindado” por una nueva Constitución. Entonces, ese cambio para volver a pensar algunos valores revolucionarios del peronismo, ese “golpe de timón”, repercutirá –no solo pero sí en primer término– en la provincia de Buenos Aires, y después en toda la patria.