El saldo entre los ganadores y perdedores de la elección en Neuquén parece ser desde el domingo el eje sobre el que los grandes medios disputan el sentido de la derrota aplastante que sufrió el gobierno nacional en la provincia.

Apenas terminadas las elecciones neuquinas, la construcción mediática de Buenos Aires coincidió sobre la derrota del peronismo en la provincia. Para ser más claros y literales: “Perdió Cristina” fue hasta tweet de la Embajada de EEUU, más allá de los desmentidos que corrieron durante la jornada.

Emmanuel Guagliardo

Para entender mejor esta puja hablamos con Emmanuel Guagliardo, abogado, coordinador de la Defensoría Popular Jaime de Nevares y militante del UNE, fuerza que integra el Frente Neuquino.

¿Cuál es tu impresión respecto al saldo de la elección del domingo en Neuquén? 

Una primera reflexión es que la formula Unidad Ciudadana -Frente Neuquino que llevo a Ramón Rioseco y Darío Martínez hizo una gran elección. Sin considerar las colectoras adictas del oficialismo, obtuvimos más votos que la fórmula del Movimiento Popular Neuquino (MPN). Obtuvimos nueve escaños al igual que el oficialismo en el poder durante los últimos sesenta años.

En segundo lugar, por primera vez en la historia la elección neuquina tuvo tanta repercusión nacional, signada por la tensión que hoy se expresa entre Macri y Cristina. En este marco, el resultado de las elecciones no significa en modo alguno una derrota de Cristina y sí en cambio una clara derrota de Macri.

Considero que la interpretación en clave nacional de los resultados de los comicios arroja el siguiente esquema: el electorado emepenista, al igual que nuestro electorado, integran una masa de votantes que –con matices– adhieren a un modelo contrario al modelo de ajuste y neoliberalismo salvaje que viene implementando la ceocracia en el poder desde 2015. La elección expresa lisa y llanamente un voto antimacrista.

Desde esta perspectiva, podemos ubicar al voto emepenista como el de una especie de “justicialismo provinciano”, que en cada una de las elecciones nacionales –tanto presidenciales como de medio término– se volcaron claramente a respaldar la fórmula del entonces Frente Para la Victoria, y en el 2017 buena parte se volcó a la fórmula de Unidad Ciudadana que encabezó Dario Martínez con la figura de Cristina Fernández de Kirchner.

El votante de ese justicialismo provinciano privilegia de manera conservadora la continuidad del modelo del MPN, y ello en buena medida por el resultado efectivo de un Estado que se ha transformado en una maquinaria electoral que se sostiene sobre prácticas clientelares que bastante daño le hacen a nuestra institucionalidad democrática.

Por nuestra parte, como históricos opositores al MPN, creemos y decimos que aquel partido popular, federalista y con fuertes raíces peronistas abandonó sus banderas históricas en los últimos veinticinco años.

¿Cómo analizás la persistencia  y continuidad del MPN en el Estado provincial y, en ese sentido,  su performance en esta elección?

Esta es nuestra discusión con el pueblo neuquino: tratar de convencer al electorado que nosotros somos capaces de gobernar mejor esta provincia, y que no son sinónimo de política de Estado los beneficios que da el partido.

Por eso  es muy importante la adhesión de la ciudadanía a la propuesta que ofrecimos con el liderazgo de Ramón y la “nave insignia” que es la gestión de la ciudad de Cutral Có, cuyos índices en cuanto a derechos sociales y administración eficiente son inigualables.

Hace años venimos insistiendo en la necesidad de escindir en el imaginario colectivo de los neuquinos que el MPN no es el Estado, que al Estado neuquino lo hemos construido todos.  Muchos de los que hoy estamos en los sectores políticos opositores, en las organización sociales y sindicales hemos contribuido a que en los últimos veinte años –a pesar de la dirigencia del MPN– se sostuvieran los sistemas de salud pública, la caja jubilatoria del Instituto de Seguridad Social del Neuquén y muchos aspectos que expresan la vigencia de un Estado Social y de Derecho que no tiene parangón en el concierto de las provincias argentinas. Pero insisto: todo eso no es capital político del MPN, sino más bien producto de la resistencia del pueblo de Neuquén, que se ha expresado por ejemplo en las puebladas de Cutral Có y Plaza Huincul en la década del noventa o en las históricas luchas de los maestros en defensa de la educación pública, que se mantienen con mucha vigencia en el imaginario colectivo.

Entonces, quiero explicar que entre el votante del MPN, el votante de la Unidad Ciudadana y el Frente Neuquino, en el orden nacional es el bloque del “lado bueno de la vida” en Neuquén, es decir: en ese bloque de votos, en esos tres segmentos de votos, están los votos de Cristina. Con lo cual, Cristina tiene asegurado el triunfo en la tierra de la Vaca Muerta, de la cual sin dudas es su mentora.  Los derrotados son Macri y su candidato local Horacio Quiroga.

Estamos lejos de que haya una derrota del cristinismo en Neuquén, es más,  creo que se consolida un votante antimacrista, por eso el único que perdió es Macri, porque el único candidato que se identificó con Macri fue Quiroga.

¿Y Guitiérrez?

Gutiérrez en ningún momento se identificó con Macri, aunque nosotros quisimos hacerle entender al electorado que el MPN, en su abandono de sus banderas históricas, ha sido aliado incondicional del Gobierno de Macri. Pero el electorado no lo vio así.

A tu entender, ¿cómo será la transición de la provincia hasta el próximo mandato, teniendo en cuenta lo extendido del tiempo entre la elección provincial y la nacional?

Lo que sigue sin dudas es el desafío mayor. Construimos unidad para ofrecer una alternativa a Neuquén y ahora hay que sostenerla para contribuir al proceso nacional en la batalla que viene.  Sostener la experiencia de un frente político antimacrista identificado con un proyecto de provincia y de país que rechace el ajuste, el endeudamiento y la entrega y saqueo de nuestras riquezas y bienes comunes.

Si en el orden provincial este frente puede superar la mera alianza electoral para constituirse en un movimiento político de permanencia y proyección al estilo frentista uruguayo, vamos a poder condicionar al MPN en su próximo mandato para robustecer y ampliar el Estado neuquino impidiendo el objetivo de desguace que el neoliberalismo impone.

¿Cuál es el escenario para el peronismo de cara al futuro?

En primer lugar, concentrarnos en nuestro aporte a la contienda nacional. Nosotros hemos trabajado sobre la base de la unidad y demostraremos en octubre que es la única manera de ganarle al macrismo. En el marco de la unidad, sea Cristina u otra referencia que proponga la unidad del peronismo y que exprese la opción antimacrista para nuestro país, en Neuquén no va a tener menos del cincuenta por cierto de los votos. Y finalmente, en el escenario de Cristina presidenta, haremos fuerzas para que Neuquén sea aliado de un próximo gobierno nacional, popular y feminista.